"Pero, ¿dónde está éste?" "¿Alguien ha visto a Zapatero?", se preguntaban los gráficos inquietos ante la ausencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Sólo faltaba él, que se encontraba justo detrás de la tribuna de autoridades. Allí permanecía hasta la llegada del Rolls Royce Real a la Plaza de Neptuno para recibir al Rey Don Juan Carlos y Doña Sofía y al resto de la Familia Real. Pero en ningún momento Zapatero fue anunciado, como en años pasados, por los servicios de megafonía..
El objetivo no era otro que evitar los abucheos en el desfile de la Fiesta Nacional, que el pasado año alcanzaron su punto álgido. Una auténtica operación de blindaje de los abucheos que ha consistido en una cambio del recorrido, de Atocha a Colón; poner tierra de por medio entre las vallas del público y las tribunas de autoridades; y pedir "respeto y silencio" a los asistentes a través de pantallas gigantes.
Sin contar con "la cabra" de la Legión y "los zapatos de la Leti", lo más fotografiado y comentado en la tribuna de prensa era la siguiente imagen: Los dos candidatos a La Moncloa, Rajoy y Rubalcaba, conversando animadamente justo antes de la parada militar. "¡¡¡Quítate de en medio Pío!!!", gritaban los gráficos al portavoz del PP en el Senado, Pío García Escudero, quien se metía en la conversación y tapaba el plano de Rajoy. Tras pillar la 'indirecta', ambos candidatos seguían durante unos 20 minutos y entre algunas risas. "¿De qué hablan Rajoy y Rubal?", se preguntaban los periodistas que bromeaban después con la aportación al corrillo de la mujer del líder del PP, Elvira Fernández, y la conversación paralela que mantenía con ella el candidato del PSOE. "¡Rubalcaba está ligando con Viri!", reían los fotográfos.
Según han comentado los propios protagonistas en la recepción posterior del Palacio Real, han hablado de "fútbol, la dura campaña electoral y la vida en general".
Otro comentario llamativo despertaba el color de la tribuna de autoridades: un azul 'pepero' que hacía juego con la sonrisa de Rajoy, pero contraste con la soledad de Zapatero, prácticamente en silencio durante su última parada militar del 12-O.
Comentarios jocosos provocó un sonriente, pero aparentemente melancólico, José Antonio Alonso, quien parecía disfrutar de lo lindo instruyendo en el protocolo castrense, en calidad de ex ministro de Defensa, al candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Las risas nerviosas llegaron cuando un batallón de Infantería de Marina se disponía a lanzar las salvas de honor justo enfrente de la tribuna de prensa. Al toque de corneta, giraban 90 grados y se colocaban, fusiles en alto, mirando hacia la prensa. "¡No disparen!" "¡Manos arriba!", reían nerviosamente los fotógrafos que disparaban primero sus flashes retratando, a pocos metros, la espectacular instantánea.
Los gritos de "¡fuera, fuera!" se volvían a repetir al finalizar los actos militares, pero la lejanía del clamor del público no 'manchaba' la imagen del último desfile de Zapatero.