El Partido Popular redobló su presión contra José Blanco el mismo día que se acumulan en los medios de comunicación nuevas pruebas contra el ministro portavoz a la vez que una amplia mayoría -según una encuesta- pide su dimisión. La ofensiva se centró no ya en reclamar al también titular de Fomento que se vaya y no repita en las listas electorales, sino en vincular al PSOE y, en concreto, a Alfredo Pérez Rubalcaba en la trama corrupta por inacción.
"Cada vez hay más razones para que presente su dimisión", resumió Soraya Sáenz de Santamaría que, aún fuera de los pasillos del Congreso de los Diputados, sigue erigiéndose en uno de los principales azotes para los socialistas. La portavoz popular recordó que "le hemos dado la oportunidad, si tiene la conciencia tranquila, de dar explicaciones" en la Diputación Permanente pero que "nos han dicho inmediatamente que no va a salir adelante".
Sáenz de Santamaría tiró de que "no se acostumbra a ver ministros que se reúnen en gasolineras" para ironizar sobre que "lo normal es que se reúnan en su despacho y luego, si lo cree conveniente, que le de una cita". "Pido a Blanco que lo aclare porque es rehén de sus propias palabras. El listón lo ha puesto él", remató, en declaraciones a Punto Radio.
En este sentido, pero aún más vehemente, Carlos Floriano cambió de tercio y advirtió a Rubalcaba de que, si lleva al ministro en la candidatura electoral, es porque "él también sabe los destinos finales" de los 400.000 euros que el empresario José Dorribo habría entregado a Blanco.
"¿Qué hace un ministro con cuestiones privadas con un presunto delincuente?, ¿Si no le dio los 400.000 euros qué hacía reunido con él?, y si se los dio ¿dónde fueron al PSOE o se los quedó Blanco?", se preguntó en Onda Madrid el responsable de comunicación de los populares.
Mientras, en las redes sociales, los populares siguen exigiendo la retirada de Blanco de la vida política y emitiendo una cascada de chistes sobre su encuentro en la gasolinera, de la que ya existen fotografías de todo tipo. Para el PP, el que un día fuera "el todopoderoso" dirigente socialista hoy ya es "un cadáver político".