Rita Barberá no formará parte de las listas electorales del Partido Popular al Congreso de los Diputados. Según pudo saber este diario de fuentes de su círculo más próximo, la alcaldesa de Valencia considera que “su poder” en el partido a nivel nacional vuelve a estar perfectamente delimitado y que su toque de atención a Mariano Rajoy provocó el efecto deseado.
Desde que a primeros del presente mes la regidora afeara públicamente a su jefe de filas su “falta de cariño” y lanzara el órdago de que tal vez encabezara la candidatura de la provincia a la Cámara Baja, Rajoy no ahorró en esfuerzos para que su “amiga Rita” volviera a estar contenta. “Si necesita cariño lo va a tener, volverá a ser la reina”, resumía un miembro del Comité de Dirección.
Casi de inmediato, se anunció que Valencia sería epicentro de la precampaña electoral y Barberá recobraba una gran relevancia en el marco político. De hecho, esta misma semana, la ciudad será escenario de uno de los foros más importantes del partido con el objeto de la confección del Programa Electoral: el dedicado a las pequeñas y medianas empresas, arma de batalla de Rajoy en toda la legislatura.
Además, Barberá se convirtió el pasado sábado en la presidenta de la Asamblea de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y un día más tarde clausuró en Zaragoza, junto al propio Rajoy, el acto dedicado a las administraciones públicas, siendo la que tuvo más libertad en su discurso; llegó incluso a cargar contra la presencia de Bildu en las instituciones navarras y vascas.
En conversación informal con periodistas, la alcaldesa ya dijo en verano que no veía con buenos ojos que el presidente del partido, su “amigo”, rechazara inaugurar el curso político valenciano. “Estaba enfadada, molesta, ya que somos un caladero de votos impresionante”, explicó su entorno. Pocas semanas después, su percepción ya es radicalmente distinta: “¡Claro que me da cariño!”, exclamó entre risas en Zaragoza, anunciando que haría pública la información que desveló LD y que se ha confirmado este mismo lunes.
El punto de inflexión en la normalidad de las relaciones entre Rajoy y Barberá llegó en la presentación de la biografía del primero, que se celebró la pasada semana en Madrid. Entonces, y tras la algarabía de medios de comunicación e invitados, ambos despacharon largo rato en un privado del selecto hotel Intercontinental. Allí todo quedó solucionado, si bien ya antes habían mantenido más de una conversación a fin de relajar el ambiente, ya que -desde el principio- el jefe de los populares se mostró preocupado.
González Pons será número uno por Valencia
La decisión de Barberá de quedarse en Valencia tiene otros efectos colaterales, no menos importantes. El primero es que Esteban González Pons será número uno de las listas por la provincia. Éste era el plan inicial del líder del PP, pero que hubiera quedado abortado si el órdago de la regidora se hubiera materializado.
El vicesecretario de Comunicación del PP ha sido uno de los portavoces más importantes de la formación en la extinta legislatura y su nombre suena en las quinielas como clave en un cargo de responsabilidad una vez Rajoy llegue a La Moncloa. Mientras que algunos le sitúan al frente del Grupo Popular una vez Soraya Sáenz de Santamaría dé el salto al Ejecutivo, otros le incluyen en el Consejo de Ministros.
En clave interna del PPCV, el músculo político protagonizado por Barberá también es un toque de atención a Alfonso Rus, que en las últimas fechas se había situado como el barón provincial con más fuerza en el partido. Las relaciones entre ambos han sufrido más de un escenario de tensión, y la alcaldesa quiso dejar claro quién es la que manda.
“Su máxima y su única prioridad es Valencia, bajo ningún concepto quería dejar el Ayuntamiento”, rematan las fuentes consultadas, que recuerdan algunos datos que a veces se pasan por alto: “Rajoy le pidió que fuera presidenta de la Generalidad, pero lo rechazó. Declinó ser ministra cuando se lo pidió Aznar. Ella lo que quiere es estar en Valencia y que no se le dé la espalda ni a la ciudad ni a la comunidad”.