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Blanco sí valora ahora la resolución judicial: "Hay una indigestión de Faisán"

Tan sólo una semana después de no responder a 7 preguntas sobre la condena a Otegi, Blanco se enmienda a sí mismo comentando la decisón sobre el Faisán.

Dos casos, dos decisiones judiciales y dos criterios de un mismo Portavoz gubernamental. José Blanco evidenciaba hoy su doble vara de medir en lo que a resoluciones judiciales se refiere. Si el pasado viernes se parapetaba en que “el Gobierno no hace valoraciones políticas sobre una resolución judicial” para no responder a las siete preguntas sobre la condena de Arnaldo Otegi, hoy el Caso Faisán no sólo le hacía comentar la decisión de la Audiencia Nacional, sino manifestar su reacción “positiva” y permitirse, incluso, alguna broma: “empieza a haber una indigestión de Faisán para algunos”.


Y no lo hacía a la séptima pregunta sino a la primera: “El pleno de la Audiencia Nacional, por unanimidad de sus catorce integrantes, considera que no existen indicios para procesar a tres mandos policiales tras años de investigación. Y esa es la valoración que ha hecho el Gobierno. El Gobierno respeta esa resolución judicial. La ha valorado, porque afectaba a mandos policiales, de forma positiva”. Pero no se quedaba ahí. Blanco iba un paso más al permitirse una pequeña broma para hablar de las reacciones políticas de estos días sobre la decisión judicial: “Hay mucha gente que le gusta mucho el Faisán, yo creo que empieza a haber una indigestión de Faisán para algunos”.


Sobre el ascenso policial de uno de los todavía imputados en la causa, José María Ballesteros, aseguraba que “todos los ascensos se producen mediante procedimientos reglados, son públicos y son objetivos. Esa es la respuesta única que se puede dar frente a un ascenso”.


El cambio de criterio de Blanco a cuenta de las resoluciones judiciales era objeto de la pregunta que le formulaba Libertad Digital que le recordaba las siete veces que el pasado viernes se negó a contestar el portavoz del Gobierno. “Hoy sí ha valorado. Me gustaría saber el por qué de este cambio de criterio”. “No. No es un cambio de actitud. Me refería, y lo he expresado, que se trataba de hechos en los que había acusaciones  mandos policiales y por lo tanto había una relación directa con el Gobierno de España. Y esa es la razón por la que he hecho una valoración pero respetamos las decisiones judiciales”.


Y a continuación desvelaba José Blanco que, al igual que usted, él también es lector de Libertad Digital. “Lo que he dicho aquel día… no se si en siete ocasiones… creo que sí que luego lo he leído en su propio medio que usted lo decía… que me había negado de una forma desairada a contestarle...”. Le interrumpía este periódico: “No, desairada no...”. Blanco sonreía: “Sí, si, una forma así… Bueno, algún adjetivo utilizaba, no quiero yo recuperarlo, forma parte del oficio ¿no? Por lo tanto, con deportividad le estoy contestando y con deportividad le reitero lo que dije el viernes pasado”.


El adjetivo al que se refiere Blanco era, en realidad, un sustantivo: la palabra “censura” que este diario utilizó el pasado viernes para relatar que José Blanco impidió que el séptimo periodista que le preguntaba sobre Otegi pudiese formularla: “No perdamos el tiempo”, le dijo entonces José Blanco al informador del diario La Gaceta.

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