El magistrado del Juzgado Número 5 de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz, está decidido a "reforzar" los indicios que pesan contra los tres altos mandos policiales imputados en el chivatazo a ETA después de que este miércoles el Pleno revocara el procesamiento del exdirector general de la Policía, Víctor García Hidalgo, del inspector de Policía, José María Ballesteros, y de Enrique Pamiés, jefe Superior de la Policía del País Vasco, y por lo tanto, lo dejara sin efecto.
Según han señalado fuentes jurídicas de toda solvencia, el instructor no piensa de momento archivar la causa ya que estima que durante su investigación ha encontrado indicios suficientes como para que la cúpula judicial del Ministerio de Interior en 2006, actualmente imputada en la causa, se siente en el banquillo de los acusados.
Tal y como ha podido saber este diario, el juez Ruz esperará a leer el auto del Pleno -que debe redactar el magistrado José Ricardo de Prada y que se conocerá dentro de quince días aproximadamente- para ver cuáles son las lagunas en la investigación que aprecian los 14 magistrados de la Sala de lo Penal de la Audiencia y así poder profundizar en la misma.
Además, el instructor –subrayan- está satisfecho de que en el seno de este pleno el debate "haya sido estrictamente jurídico" y no siente que la medida adoptada por sus compañeros sea un varapalo para él.
Según estas mismas fuentes, tras la decisión de la Audiencia, Pablo Ruz considera un logro que con su instrucción haya conseguido que la Fiscalía pase de pedir el archivo de chivatazo -lo hizo en octubre de 2009- a solicitar que se investigue el soplo y, también, a haber acusado a dos de los tres imputados por un delito de revelación de secretos.
En defensa de la investigación llevada a cabo en los últimos meses, el juez habría dado importancia a dos pesquisas judiciales especialmente.
Por un lado, a la primera declaración prestada por Joseba Elosúa, el dueño del bar Faisán y presunto cobrador de ETA, ante la Policía donde contaba que la filtración recibida se le dio diez minutos después de que él llegara a su establecimiento el 4 de mayo de 2006 –coincide con la versión del equipo investigador- y donde también narraba cómo segundos después se dirigió hacia la lonja próxima al bar donde se habría producido presuntamente la destrucción de pruebas de la red de extorsión.
Por otro lado, el juez continúa dando validez a la versión dada por el equipo de Policía que investigó el chivatazo, capitaneado por el comisario Carlos Germán, y entiende que no hay indicios contra él aunque si la Sala le pide que investigue en esta dirección lo hará. Según estas mismas fuentes, el magistrado del Juzgado Número 5 considera más verosímil la versión de Germán que la de las defensas de Ballesteros, Pamiés y García Hidalgo.