La condena a 10 años de prisión de Arnaldo Otegi y Díez Usabiaga como miembros de la banda terrorista ETA en grado de dirigentes ha levantado ampollas entre los defensores de la rendición ante los terroristas y aquellos que apuestan por una paz en la que ETA derrote a las víctimas.
Así, políticos del entorno proetarra, además de los nacionalistas vascos, los socialistas y medios de comunicación como El País o Público salieron este viernes y este sábado en tromba para señalar que la acción de la justicia iba a ser una piedra en el camino de la paz que, según hemos sabido recientemente, arrancó en 1998 cuando Rubalcaba comenzó en secreto las reuniones con la banda terrorista ETA y que se desarrolló públicamente durante la primera legislatura de Zapatero.
La disolución de la banda terrorista ETA, es decir, su final sin vencedores y ni vencidos, ese el empeño de Rubalcaba. El ahora candidato no cesa de repetir que el final de los terroristas está más cerca que nunca y presume de sus méritos como ministro del Interior en dicha tarea.
El problema, para el presidente de Voces contra el Terrorismo, Francisco José Alcaraz, es que reacciones como las escuchadas y leídas estos dos últimos días a propósito de la condena a Otegi y Usabiaga "demuestran que hay dos Españas", una la de aquellos que nos alegramos por el resultado de esta sentencia, y otra, la de los que no.
Alcaraz, que ha atendido este sábado los micrófonos de esRadio en el programa Sin complejos, insiste en que es una sentencia que celebramos las víctimas del terrorismo y otra parte de España que se lamenta, siente o ataca esta sentencia. Las declaraciones que hacen estos días dejan claro quién está del lado de las víctimas y quiénes no", concluía.
Sobre el caso Faisán, Alcaraz confía en que "se quede en la Audiencia Nacional. Creo que quedan muchos jueces decentes en la Audiencia y tengo la esperanza de que se quede ahí y sea procesado por colaboración con banda armada".