Bueno, echarán un baile, luego, volverá a la siesta.
En esta vida nadie es imprescindible y menos en el mundo de la política, Rita apoyo al Mariasno en el Congreso a la búlgara, y ahora este impresentable que ya se ve en la poltrona no quiere a nadie que se lo recuerde.
Esa ironía del alto cargo popular diciendo que "todos nuestros esfuerzos van a ir encaminados a que se vuelva a sentir la reina de la casa" demuestra una prepotencia insufrible y una falta completa de respeto hacia Rita Barberá.
Rajoy debería aclarar públicamente por qué no contestó a Barberá (cuando esta le invitó a la apertura del curso político) en vez de abundar en la ofensa permitiendo que ese alto mamarracho de Génova la conteste con gracietas ofensivas.
Barberá debería considerar si debe seguir en este nuevo PP cuyo líder ningunea a sus mejores miembros y que ya mostró su patita cuando les invitó a "marcharse a un partido conservador o liberal".
El PSOE deprime y cabrea, no más que el PP.
Lo que tiene que hacer esta señora(por calificarla de alguna manera) es irse a casa y cuidarse antes de que le ocurra algo gordo.
El fantasma del Congreso de Valencia persigue a Mariano.