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El PP promete un efecto Aznar en la economía si gana las elecciones

Aznar como ejemplo de recuperación. El PP, con Rato presente a modo de aval, se comprometió a crear el empleo destruido por Zapatero "y su escudero".

El Partido Popular se compromete a coger el toro por los cuernos. A no cejar en esfuerzos hasta que los tres millones quinientos mil ciudadanos que perdieron su empleo durante la era Zapatero vuelvan a “pagar impuestos” porque esto significaría “que tienen un trabajo”.

Para conseguirlo, los populares pusieron los cimientos de su plan de recuperación nacional en el primer de los Foros para diseñar su Programa Electoral, centrado en su gran prioridad: la creación de empleo como medida estrella para mantener el estado del bienestar.

Su aval ante la ciudadanía, para solemnizar que con su mandato de reformas sí se puede salir del túnel, no fue otro que el de los gobiernos de José María Aznar, la época dorada para los bolsillos. Y entonces apareció Rodrigo Rato, convirtiendo la fotografía en noticia. “Su Gobierno creó ocho millones de puestos de trabajo sobre una población ocupada de doce millones, algo sin precedentes en el mundo”, recordó Cristobal Montoro, que compartió con el actual presidente de Bankia gabinete presidencial.

Apartando a un lado los rumores, intensos e incesantes, que apuntan al regreso a la vida política de Rato, de lo que se habló durante horas, en este encuentro, fue de empleo. De cómo salir del agujero. Conferencias y coloquios con personalidades de todos los palos, no sólo políticos. Tomaron la palabra, entre otros, el catedrático de Hacienda Pública, Manuel Lagares; los especialistas Iñigo Sagardoy o Salvador del Rey; o el presidente del Foro Negocia del IE Business y anterior sindicalista, José María Fidalgo.

Todos ellos coincidieron en que la situación es insostenible y en que puede ir a peor -"Necesitamos que acertéis", imploró el ex líder de CCOO-, motivo por el que pusieron recetas encima de la mesa, como por ejemplo una Ley de Emprendedores para crear “miles y miles” de pequeñas y medias empresas o, como dijo Rato e hizo suyo el PP, abrir una discusión seria sobre la fijación de salarios en función de la productividad y simplificar el diseño de los contratos para acabar con la dualidad fijo-temporal. También hubo un compromiso de bajar los impuestos a las pymes, potenciar el tejido productivo y dar una una solución al sistema financiero para que haya crédito.

Medidas concretas pero, por encima de todo, la proclama de que lo hicieron entonces y lo pueden volver a hacer. “En 1996 la política socialista había dejado a España arruinada, sin crédito, con paro, con desesperanza y en un proceso de desmantelamiento del Estado de Bienestar”, afirmó Ana Mato, otra de las moderadoras del acto, para continuar diciendo que esta radiografía podría valer para hoy "pero más negra".

Dos momentos clave, por el dramatismo, con un denominador común: “Hablamos de la España que nos dejó el PSOE de González y Rubalcaba en 1996, muy similar a la que dejan ahora Zapatero y el mismo escudero, el histórico Rubalcaba”.

Y un augurio, en voz de María Dolores de Cospedal o Esteban González Pons: “Siempre que hay un gobierno socialista las cosas pueden ir a peor”. De hecho, sólo le bastó decir a modo de ejemplo que, cada vez, están “promoviendo un empleo más precario”.

Un desembarco de la plana mayor del principal partido de la oposición para introducir aún un mensaje más: “El PP tiene las ideas, las soluciones y los equipos capaces para hacerlo”. Un equipo en el que, sin disimulo alguno, todos los portavoces populares incluyeron a Rato, convertido en maestro económico del partido y que se despidió dejando las puertas abiertas a su regreso: “Hoy más que nunca las soluciones están en nuestras manos”. Una vuelta al aznarismo económico.

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