La antigua Batasuna-ETA continúa su táctica de regresar al mayor número de instituciones públicas posibles. Para ello, trabaja desde principios de verano para concurrir a las próximas elecciones generales –las undécimas de la democracia–, que se celebrarán el 20 de noviembre.
Desde un principio, su única opción ha sido hacerlo a través de Bildu, la coalición que conforma junto a EA y Alternatiba, y que domina a través de los llamados independientes. Una candidatura que fue blanqueada por el Tribunal Constitucional semanas antes de las pasadas elecciones de mayo, pese a que inicialmente había sido anulada por el Supremo por ser sucesora del entramado HB-EH-Batasuna.
Y es que pese a que durante los últimos meses se había especulado con la posibilidad de que el TC legalizase Sortu antes de las elecciones generales, la realidad es que la intención de los batasunos ha sido siempre presentarse bajo la marca de Bildu. Eso sí, controlando la coalición, o bien a través con los independientes o bien a través de la propia Sortu, si esta era blanqueada por el Alto Tribunal.
Para su asalto al Congreso de los Diputados, Batasuna sigue apostando por la misma estrategia que puso en marcha para las pasadas elecciones municipales y forales: la acumulación de fuerzas independentistas vascas, con el objetivo final de terminar fagocitando a los partidos más próximos a su espectro sociológico.
En esta línea, a principios de agosto, y llamando a "profundizar en la nueva fase política abierta en Euskal Herria", el brazo político de ETA hizo a través de Bildu una propuesta pública a PNV y Aralar para presentar una candidatura conjunta el próximo 20-N en el País Vasco y Navarra. La propuesta ha recibido diferentes respuestas.
Alianzas electorales
Por un lado, el PNV se ha cerrado en banda y prefiere defender su propio proyecto político. "Nosotros estamos haciendo nuestro camino y a ellos (los partidos de Bildu) no les guste probablemente lo que estamos haciendo y que seguramente tampoco les convenga nuestra estrategia en Madrid", respondió públicamente Pedro Aspiazu, actual portavoz del PNV en el Congreso.
Lo que no dijo el dirigente jeltzale es que su formación que fundara Sabino Arana ha visto seriamente amenazada su hegemonía en la comunidad vasca en los últimos años, donde no sólo ha perdido en Gobierno vasco a favor de los socialistas sino que el pasado mes de mayo vio cómo Bildu crecía espectacularmente en apoyos, acercándose su trono de partido más votado y arrebatándoles su primer puesto histórico como partido con mayor número de concejales. Por esta razón, marcan distancias, para intentar mantener su posición de partido hegemónico en la región y evitar que Batasuna-ETA y sus aliados se queden con parte de su electorado.
Quien sí parece absolutamente convencida de integrarse en la nueva coalición electoral es Aralar, la escisión de HB-EH-Batasuna que encabezó Patxi Zabaleta, quien mantuvo un primer encuentro en su sede de San Sebastián con representantes de Bildu el pasado 16 de agosto. De allí, salieron emplazados para una nueva reunión, para terminar de cerrar la alianza en el País Vasco. Para el caso de Navarra, Aralar apostó por un acuerdo entre Nafarroa Bai y Bildu.
Sin embargo, las posibilidades de que ese acuerdo Nafarroa Bai-Bildu salga adelante parecen complicadas. Los socios de Aralar en la coalición, los independientes y el PNV, ya han mostrado su rechazo a que este se haga ya que, según han argumentado, "anula el carácter pluralista de NaBai en pro de un frente esencialista y de carácter nacional".
Ante esto, no está claro si el partido que lideran Patxi Zabaleta y Aitzane Ezenarro optará por quedarse en el seno de Nafarroa Bai en Navarra y concurrir con Bildu en el País Vasco o si terminará abandonando la coalición navarra, como ya hiciesen EA –para conformar Bildu– y Batzarre –para alinearse con IU–.
Extrapolaciones y encuestas
Suceda lo que suceda, lo que parece claro es que Bildu contará con representación en el Congreso de los Diputados si la justicia no los remedia. Una simple extrapolación de los resultados de las elecciones de mayo haría que la coalición que integra a Batasuna obtuviese seis representantes.
Estos cálculos podrían ajustarse bastante a lo que podría suceder el 20-N. De hecho, hace unas semanas, un periódico de tirada nacional publicó la primera encuesta sobre intención de voto contando con Bildu. Según la misma, la coalición obtendría cuatro representantes en la Cámara Baja.
Estos posibles resultados de Bildu harían que Batasuna-ETA volviese a contar con representación en la Carrera de San Jerónimo quince años después. Y es que el brazo político de los terroristas no se había presentado a unas elecciones generales desde el final de la quinta legislatura, que discurrió entre 1993 y 1996, cuando el veterano Jon Idígoras actuaba de portavoz en Madrid.
Es más, le acercarían a los mejores resultados que Herri Batasuna consiguió en unas elecciones generales, las que se celebraron en junio de 1986. En aquella ocasión, obtuvieron cinco diputados en el Congreso y un representante en el Senado. Sus segundos mejores resultados los lograron en octubre de 1989, cuando consiguieron cuatro diputados y tres senadores.