El final de ETA no está tan cerca como apuntan las informaciones de algunos periódicos próximos al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Y es que los principales portavoces del colectivo de presos de ETA, Ana Belén Egües y Juan Lasa Michelena Txikierdi no se plantean, ni como hipótesis, la disolución de la organización terrorista.
Según informa este jueves el diario La Razón, pese a los comentarios hechos por algunos presos de ETA sobre la necesidad de que la banda se disuelva y se utilicen únicamente las vías políticas, un buen número de etarras encarcelados se mantienen todavía en la ortodoxia de las armas y no son partidarios del abandono de las mismas.
Fuentes de la lucha antiterroristas consultadas por el diario, destacan que los zulos encontrados hace unas semanas en Francia serían una buena prueba de que los líderes del entramado terrorista no se plantean ese posible final. Los bidones encontrados tenían adheridos tierra de otro lugar, lo que significa que habían sido trasladados de una ubicación a otra, dejando patente que la actividad criminal continúa.
A esto, sumaría la compra de material en Italia para fabricar, entre otros artefactos, bombas lapa activadas a distancia, algo que se descubrió tras el arresto en la frontera entre Francia y el país transalpino del etarra Iñaki Domínguez.