Nunca pensó Camps que le saldrían tan caros los trajes y americanas que adquirió en las tiendas Milano y Forever Young, vinculadas a la trama Gürtel. En concreto, según el auto del juez Flors, el valor de las prendas ascendía a 12.783 euros. Pero le han terminado costando su carrera política.
Los cabecillas de Gürtel en la Comunidad Valenciana, Álvaro Pérez "El Bigotes" y Pablo Crespo (a través de la empresa Orange Market que contrataba eventos del PPCV y la Generalidad), utilizaban estas tiendas de moda para hace obsequios a cargos políticos, entre ellos el presidente Camps, el secretario general del PPCV, Ricardo Costa (por valor de 7.325 euros) y el ex vicepresidente del Gobierno valenciano Víctor Campos (4.850 euros).
Es aquí donde adquiere protagonismo uno de los personajes más peculiares, de la ya de por sí extravagante trama corrupta. José Tomás, que pasó de sastre de Milano a director de la cadena Forever Young. Era el encargado de anotar en una cuenta a nombre de "el Bigotes" los encargos que hacían los políticos que iban en su nombre. Según consta en el auto, Tomás fue citado por Camps, en el hotel Ritz, para que le tomara medidas en un desplazamiento a Madrid y viajó a Valencia "para enseñarles el muestrario, tomarles medidas y anotar pedidos".
El sastre tuvo su momento de gloria, gracias al empeño que puso desde un principio el Grupo Prisa en este caso. El 21 de mayo de 2009 llegaba a declarar a en calidad de testigo ante el magistrado instructor del caso Gürtel en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV), en un taxi acompañado por un equipo de televisión de la cadena Cuatro, con un cámara que viajaba de copiloto, y un redactor en la parte trasera del vehículo. La cadena emitió un reportaje que recogía una entrevista al sastre durante el trayecto en el taxi.
José Tomás revelaba entonces que Camps era un cliente muy exigente: "Me hizo repetir bastantes trajes. Quería los pantalones con un ceñidor detrás y hubo que buscar una trabilla que tuvieron que traer de Italia. Pero era una persona amable, buena gente. Los trajes que le hice eran de unos 800 o 900 euros los primeros. Los últimos, de 1.000 o 1.200. En total le hice unos ochos trajes, tres americanas, pantalones... Tuvimos relación durante un año y pico".
Poco después, Federico Trillo denunciaba que José Tomás "ni es sastre, al no tener título alguno, ni es testigo", sino que es jefe de ventas. Además, Trillo añadía que "es imputado de Garzón por falsedad y por estafa" y fue despedido "disciplinariamente" por la empresa Forever Young. Sin embargo, el juzgado de lo Social número 8 de Madrid declaró improcedente su despido y le exculpaba de las acusaciones de falsedad y estafa.
Su última aparición fue el pasado 12 de junio. Acudía al TSJCV, a declarar en la vista previa en la que se decidía si Camps es juzgado por un delito de cohecho impropio. Allí insistía en que el ex presidente valenciano "no ha pagado ni una peseta" por los trajes. Días después, el juez Flors procesaba Camps y decretaba la apertura de juicio oral.