No estaba prevista una comparecencia formal ante los medios sino tan sólo una informal presentación del Portavoz a los periodistas habituales de La Moncloa. Sin embargo, la expectación levantada en torno a José Blanco hizo cambiar la convocatoria y hasta la ubicación a una sala más grande del edificio de Portavocía del Gobierno.
Mientras José Luis Rodríguez Zapatero y Herman Van Rom Puy, despachaban sobre la situación de alarma europea, Rubalcaba y Blanco se dedicaban a los asuntos internos del Gobierno en otro edificio del complejo presidencial, y ante la presencia de varios miembros del comité de campaña de Rubalcaba, entre ellos, la coordinadora Elena Valenciano.
Entre bromas con los fotógrafos, despedidas con los periodistas y agradecimientos a su equipo, Alfredo Pérez Rubalcaba dedicaba unas palabras al también titular de Fomento. "No hacen falta muchas palabras para presentar al ministro que me sucede porque le conocen todos ustedes. Es una garantía y me ahorra muchas cosas", decía el ya sólo candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno.
"Tiene varias características que le hacen a mi juicio un excelente portavoz: la primera es que es una persona muy cercana; la segunda, es que está todo el día para lo que tiene que estar, en este caso para dar información; y la tercera, es que es una persona fiable. Pepe, es todo tuyo", finalizaba 'Alfredo' indicando a Blanco la ubicación del atril.
Recogía el testigo un emocionado José Blanco cuyo constante balanceo delataban su nerviosismo. Primeras palabras para Zapatero: "después de tanto tiempo mi gratitud no puede expresarse con adjetivos. Sólo puede demostrarse en el terreno de los hechos". Y las segundas, para Rubalcaba: "Se que no afronto una tarea sencilla y se que lógicamente es muy difícil sustituir al mejor, a Rubalcaba".
El nuevo Portavoz del Gobierno se iniciaba con un compromiso: "Me comprometo a ser claro. Se me va a entender bien. Quizá haya quien se limite a poner su acento en mi acento gallego pero todo el mundo me va a entender bien. Ya lo verán". Y añadía que ser portavoz del Gobierno de España conlleva una "nítida dimensión institucional a la que voy a atenerme".
Blanco ha manifestado también su voluntad de ser transparente y de evitar el enfrentamiento que "no nos hace avanzar, pues "el ruido de la crispación interfiere en el buen funcionamiento de las cosas". Un "método" basado en el "respeto a la verdad, respeto a la inteligencia de la gente y a la independencia de los periodistas y a la pluralidad de los medios de comunicación".
Portavoz ¿por mucho tiempo?
José Blanco no ha querido ofrecer hoy permitir preguntas a los periodistas pues no ejercerá como portavoz hasta el próximo viernes, pero sí ha dejado un mensaje velado sobre la gran incógnita del panorama político: cuándo se adelantarán las elecciones. "Quedan muchos días para las elecciones y estoy convencido de que los aprovecharemos. Quienes pertenecen o han pertenecido a mis equipos dicen que soy exigente. Cuentan que la jornada de trabajo a mi lado son intensas".
La "línea caliente" de Blanco
Quizás por los nervios, la emoción o la alegría, Blanco no se percataba de las risas de los periodistas cuando, en su primera intervención, concluía con un deseo: "Espero que tengamos una línea directa, caliente, de comunicación que sea fluida e intensa. Y espero no defraudar a quien tantas veces ha depositado su confianza en mí".