Mariano Rajoy le ha tomado la medida al Gobierno socialista y se resiste a menguar el nivel de crítica ante la necesidad, imprescindible a su juicio, de un "cambio" de timonel. "Vivimos momentos difíciles, España necesita otra forma de hacer política, una manera distinta de gobernar, que no engañe, que no haga demagogia barata y que esté dispuesto a hacer las cosas bien", resumió.
El líder del PP encontró la fotografía que buscaba en un desayuno informativo en Madrid de Alberto Núñez Feijóo, quien con su victoria en Galicia le dio el oxígeno necesario para iniciar la remontada , en clave interna, tras el convulso congreso de Valencia.
No en pocas ocasiones Rajoy se fija en el Ejecutivo de Feijóo, y en sus políticas de austeridad, para explicar cómo va a ser su futuro Gobierno, si finalmente alcanza La Moncloa. Un estilo de trabajo copiado por otros de sus homólogos regionales, como María Dolores de Cospedal o José Ramón Bauzá.
Es por ello por lo que el jefe de los populares se mostró especialmente cómodo en el día después del acto de fuerza del denominado antiguo PP, que se sirvió de la presentación de la obra de María San Gil para reivindicar firmeza contra ETA pero, aún más importante, contra el Gobierno, al que acusaron de estar negociando con la banda terrorista.
Sin embargo, Rajoy no hizo mención alguna ni al acto, como era de esperar, ni tampoco a Bildu, que en los últimos días se ha demostrado instrumento de ETA. Su libro hoy estaba abierto, única y exclusivamente, por el capítulo económico: "Necesitamos un Gobierno que diga que, entre todos, saldremos de las actuales circunstancias, que confíe en su país y en los españoles", sentenció.
El líder de los populares quiso impregnar su habitual diagnóstico con un mensaje de esperanza al afirmar que "las cosas se pueden hacer de otra manera" e insistió en que él sí que tiene la receta contra el paro, que ejecutará "cuando el presidente tenga a bien darle la palabra a los españoles". A Alfredo Pérez Rubalcaba le pide, como ya avanzó este diario, que el sábado se presente ante el Comité Federal del PSOE sólo como candidato, despojado ya de sus cargos en el Gobierno.
"Hay razones para ser optimistas en España" recalcó, aludiendo, una vez más, a Galicia, pero también a Madrid, donde "ha quedado acreditado" que "se puede gobernar de manera distinta". "Se trata de ser serios, de formar gobiernos competentes, con gente conocedora de lo que se trae entre manos, con liderazgo, que diga la verdad y no engañe, que haga frente a los problemas con la convicción de que esto tiene solución".
"Una respuesta nacional"
Feijóo, claro favorito en las quinielas del PP para sustituir a Rajoy al frente de la formación "cuando toque", tomó el testigo para llamar a un entendimiento de las principales fuerzas políticas habida cuenta de que "España necesita una respuesta nacional a sus problemas".
Un acuerdo, añadió, que "debería empezar en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, y debería cerrarse en una Conferencia de Presidentes". "Decisiones o elecciones", exclamó, ante un auditorio lleno, en lo que parecía una respuesta de fuerza al acto de San Gil de la víspera.
Sobre la eterna pregunta de si es el sustituto natural de Rajoy, Feijóo no dio sorpresas: "No voy a contestar", espetó, pues ese tipo de preguntas sólo se las puede hacer el jefe y, evidentemente, aún no se ha producido.