El modelo autonómico es inviable y necesita, urgentemente, de un consenso entre las dos principales formaciones políticas. Es el diagnóstico de Esperanza Aguirre, con el plácet de José María Aznar. Y es que, coinciden, el actual Estado de las Autonomías es uno de los principales motivos de la crisis económica, dejando a un lado la "nefasta gestión" de José Luis Rodríguez Zapatero.
"Es urgente", destacó la presidenta de la Comunidad de Madrid en la Campus FAES, restaurar sin más demora el acuerdo entre populares y socialistas para reconstruir el marco autonómico, "que necesita de una profunda revisión". Pero, yendo un paso más allá, pidió una reforma de la Constitución para definir mejor la nación española.
Los barones del PP piden una "respuesta nacional"
En plena sintonía con Aguirre, pero en otro escenario -un desayuno informativo junto a Mariano Rajoy-, Alberto Núñez Feijóo también llamaba a dar "una respuesta nacional" a la recesión, que debería de iniciarse en el Consejo de Política Fiscal y Financiera para cerrarse con la Conferencia de Presidentes. Y como no hay dos son tres, Luisa Fernanda Rudi -futura presidenta de Aragón- también se sumó a esta tesis.
"Si ese consenso no se restaura, continuará la carrera más o menos desenfrenada de transferir competencias estatales a las comunidades, seguiremos modificando estatutos que cada vez se parecerán a constituciones de pequeños Estados y la política nacional pasará a ser una sierva de las comunidades", argumentó Aguirre, que constató –por si quedaba alguna duda- que "de hecho ya" la nación "parece que es la decimoctava comunidad autónoma".
Con esta firmeza el PP reactiva el debate sobre el modelo autonómico, una de las máximas preocupaciones de Aznar, que a través de un informe dirigido al actual presidente de la formación alertó de que las regiones patrias se están convirtiendo en verdaderos mini-estados.
Las propuestas de Aguirre sobre las CCAA
Hilando con esta idea básica, y con el retroceso económico que esto supone, la jefa del Ejecutivo madrileño aseguró que mejorando el modelo se podrán reducir burocracias y definir las competencias estatales, autonómicas o municipales, evitando así duplicidades. A ello ya se ha comprometido Rajoy, según confirmó un portavoz autorizado a este diario.
Aguirre propuso medidas concretas para tratar de taponar el agujero negro en el que se han convertido las Comunidades Autónomas:
- Devolver competencias al Estado para el mejor funcionamiento de los servicios.
- Restaurar el cuerpo de funcionarios nacionales.
- Abordar reformas constitucionales para cerrar el proceso descentralizador.
"¡Sentido de la responsabilidad!", imploró, haciendo mención a la "grandeza de miras que tuvieron los hombres de la Transición".
Esto no significa, recalcó -por si pudiera molestar a Rajoy-, una "enmienda a la totalidad" del marco autonómico ya que "indiscutiblemente, las CCAA han demostrado aspectos positivos". Destacó, en este sentido, servicios públicos como la Sanidad y la Educación, o la competencia entre regiones "que sirve de estímulo para ofrecer mejores oportunidades a sus ciudadanos".
Reforma de la Constitución
Un repaso exhaustivo hasta el punto que Aguirre retrocedió hasta 1980, fecha en la que sitúa la ruptura del pacto constitucional. Entonces, el PSOE "decidió tirar por la vía de en medio y solicitar para Andalucía la condición de nacionalidad histórica" en contra de la senda marcada por Adolfo Suárez.
Fue el inicio del "café para todos", una "carrera desenfrenada para demostrar que la autonomía de cada uno es más autonomía que la de otro". Y, en consecuencia, "España hoy es un país que funciona de facto como un país federal pero que, como no lo es constitucionalmente, tiene todas las desventajas que tienen los Estado federales, pero carece de todas las ventajas que el federalismo posee".
Por todo ello, Aguirre elevó una petición que bien se le podría presuponer a un candidato a La Moncloa: una reforma de la Constitución con el fin de definir mejor la Nación española, a la manera que lo hacía la Carta Magna de 1812. "La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferio". También un cambio para poner más énfasis en la separación de poderes y evitar así la politización judicial y, en concreto, del Tribunal Constitucional.