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Chanclas y bermudas, fuera del Congreso

Con la llegada del calor, la Cámara ha fijado unos criterios de vestimenta mínimos a la hora de recorrer sus pasillos. Ni bermudas, ni chanclas.

La Mesa del Congreso ha pedido a la Secretaría General de la Cámara que redacte un manual para las visitas de cómo se recomienda vestir cuando se visiten las instalaciones.

Fuentes de la Presidencia del Congreso han indicado que durante los últimos días, coincidiendo con la llegada del calor -en Madrid, mucho calor-, algunas de las personas que forman las visitas guiadas, en su mayoría adolescentes estudiantes de secundaria, han aparecido por el Congreso en bermudas, con chanclas, y en algunos casos, con camisetas de tirantes.

En la Cámara Baja no existen consejos sobre cómo se ha de llevar el atuendo cuando se recorran sus pasillos y sus salas, pero los ujieres encargados de coordinar las visitas tenían la orden de llamar la atención, sólo verbalmente, cuando algún ciudadano irrumpiera en el Congreso con un vestuario "no muy decoroso".

Las fuentes consultadas indican que no ha habido expulsiones en estos últimos días de bochorno, pero sí que se han sucedido varios apercibimientos del personal de la Cámara.

El secretario general del Congreso, en la reunión de la Mesa de hace siete días, comentó que con motivo de la llegada de las altas temperaturas empezarían a darse casos de visitas que llegaran con un atuendo "no acorde" con el prestigio de una institución como el Congreso de los Diputados.

Propuso, en este sentido, redactar un manual con consejos sobre cómo vestir.

Los integrantes de la Mesa, según el relato de las fuentes, respondieron que analizarían la posibilidad de hacer ese manual. Hoy, en su reunión preceptiva, se ha pedido al secretario general que haga ese listado de recomendaciones.

Las fuentes puntualizan que en ningún caso el Congreso, con su presidente, José Bono, al frente, se plantea precisar qué prendas hay que llevar en verano y qué prendas habría que dejar en casa si se visitan sus dependencias.

Será, dicen, "un manual de decoro", toda vez que el Congreso es la sede de la soberanía popular y convendría guardar, al menos, unas normas mínimas.

Hace dos veranos ya hubo un caso similar, pues una visita irrumpió por los pasillos del Congreso en chanclas, bermudas y camiseta de tirantes, lo que no agradó a los máximos responsables de la Cámara.

Por ello, la Mesa sugirió al personal que organiza las visitas que si advertían que alguien de dichas expediciones no se ajustaba a un "mínimo decoro", se le comunicara.

Ahora, debido a los casos de los últimos días, el Congreso ha decidido concretar ese decoro por escrito.

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