El vicepresidente y candidato socialista Alfredo Pérez Rubalcaba aprovechó la rueda de prensa del Consejo de Ministros para hacer una rigurosa defensa de los derechos de concentración y manifestación. 48 horas antes de la anunciada toma de Madrid por parte de los "indignados", convocados para la ocasión por dos activistas de extrema izquierda probatasunos, el ministro de Interior dijo desconocer ese dato y respondió a las preguntas sobre la que ya se conoce como "la Marcha sobre Madrid" –en directa alusión a la Marcha sobre Roma de Mussolini– con su retórica habitual respecto a la combinación de prudencia y firmeza con la que justifica la pasividad policial en Sol o que en Valencia sí actúe.
En una comparecencia en la que se negó a responder a Libertad Digital sobre el hecho de que Bildu haya prohibido a los escoltas el acceso a sus ayuntamientos, el titular de Interior aseguró desconocer siquiera que hubiera convocada una manifestación en Madrid (con hasta siete cabeceras y partiendo desde los cuatro puntos cardinales) y se extendió en una explicación sobre la alta protección que se dispensa en nuestro ordenamiento jurídico a derechos como los de manifestación y reunión. Llegó a alegar que en las raras ocasiones en que se ha prohibido una manifestación, los jueces han acabado por autorizarla.
De la defensa de esos derechos pasó a relativizar el efecto económico de las violentas protestas de los "indignados" en Barcelona, ridiculizando la relación entre el aumento de la prima de riesgo y la escalada de protestas antisistema.
Con estas consideraciones en el contexto, los indignados han diseñado un complejo dispositivo para colapsar Madrid el domingo, mientras que las instrucciones de Interior hacen especial hincapié en la "defensa" del Congreso de los Diputados, objetivo final de la Marcha. Los indignados, esta vez bajo las siglas de grupos de extrema izquierda abiertamente proetarras, tienen previsto este domingo marchar sobre Madrid, ciudad y comunidad en las que el PSOE ha quedado prácticamente barrido del mapa político.