El presidente de la Generalidad, Artur Mas, ha asegurado este jueves que "no es lo mismo declararse indignado que actuar de forma indigna", y ha recordado que la democracia se basa en el respeto a las libertades y los derechos de las personas.
En un artículo publicado en La Vanguardia, recogido por Europa Press, ha afirmado que entra dentro de la normalidad democrática expresar el desacuerdo con decisiones de los gobiernos, pero que otra cosa es "cruzar la línea roja que separa nítidamente las actitudes democráticas de las que no tienen en cuenta la voluntad de la mayoría".
Mas ha remarcado que los diputados del Parlamento no están allí "por casualidad", sino que lo decidieron democráticamente los catalanes. Ha recordado que en democracia "las minorías no pueden imponer su voluntad a la mayoría", al igual que éstas no pueden ignorar las inquietudes de las minorías, y ha subrayado que quien cruza la línea roja tiene que ser consciente de que se enfrenta a la mayoría de los conciudadanos, representados en el Parlamento autonómico.
Artur Mas ha resaltado que entre un "sistema democrático imperfecto y el caos violento que se instaló a las puertas" del Parlamento, se queda con la democracia, y ha asegurado que las imperfecciones del sistema no justifican su comparación con determinados regímenes dictatoriales donde ha aflorado una indignación de los ciudadanos.
Para él, esta comparación supone una "falta de respeto" a las personas que vivieron una falta de libertades, la persecución arbitraria y la precariedad material, así como las que dieron su vida para que el Parlamento representara la voluntad del pueblo de Cataluña.
El presidente de la Generalidad se ha felicitado por que los diputados consiguieron "transformar una situación de excepcionalidad, marcada por la coacción violenta de una minoría, en una sesión normal" en el Parlamento.