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"Estaban organizados, con cabecillas, al estilo Batasuna"

Carlos García relata para LD como Bildu se quitó la careta y demostró lo que es: insultos, amenazas e incluso intento de agresión. Dice que no se moverá.

El del sábado fue un día histórico para Elorrio, un municipio de poco más de 7.500 habitantes situado en la provincia de Vizcaya. El único concejal que consiguió el Partido Popular, Carlos García, en las elecciones del 22-M propició la expulsión de las diferentes marcas de Batasuna que hasta entonces habían gobernado a favor del Partido Nacionalista Vasco.

Y fue precisamente Elorrio la imagen viva de la vuelta del terror, de la incursión de Bildu -ETA, según el Tribunal Supremo y las Fuerzas de Seguridad- en las instituciones. Estructurado y bien organizado, el entorno proetarra sólo tuvo un objetivo: amenazar, insultar e incluso agredir al representante del PP, que relata para Libertad Digital las 24 horas de un día decisivo.

Llegada a la casa consistorial, traspaso de poderes. Carlos había tomado precauciones, por si acaso. Escoltado, hizo acto de presencia en el consistorio, "controlado" por Batasuna, "pues siempre hasta ahora habían gobernado". Allí se encontró con un espectáculo que tacha de "antidemocrático": al más "puro estilo" Batasuna, coordinados y con órdenes de dos cabecillas, una turba de radicales "se ponía de pie, levantaba pegatinas de Bildu y de apoyo a los presos de ETA".

Entonces, le tocó su turno: "Carlos, va a por ti", se escuchó en el abarrotado salón de plenos, y todos se pusieron de pie. "Fascistas, españoles", le gritaron. Lo peor, los abucheos cuando citó a Miguel Ángel Blanco y a otras víctimas de ETA. "No tienen otra definición: malas personas".

Lo peor, no obstante, se lo reservaban para la salida. "Fue la explosión de los radicales", relata el dirigente popular. "Se descontrolaron: insultos, gritos...", todo controlado por "dos personas que lo coordinaban todo".

Carlos había tomado la decisión de hacer una declaración a los periodistas a escasos metros del Ayuntamiento, frente a la Iglesia. No se amedrentó e inició la marcha: "Me escupieron, zarandearon e insultaron" hasta que entró en el templo. Pese a todo, ante los medios, mandó un mensaje de optimismo, el del cambio político.

No gustaron sus palabras a quienes le esperaban fuera: "Varias personas se abalanzaron sobre mí y una mujer se me tiró encima", por lo que fue requerida la actuación de su equipo de seguridad. Un fanático le dijo: "¡Vete a tu pueblo!". A lo que él, en euskera, le contestó que ya estaba en él.

"Mentiría si dijese que no pasé momentos malos, que tuve bastante cuidado, que no pude estar al cien por cien en el pleno", explica el día después, cuando ha vuelto a Elorrio para pasar la jornada de domingo con amigos: fútbol y cañas.

"A pesar de los varios centenares de radicales que me acosaron, Elorrio tiene casi ocho mil habitantes, y no estaban allí presentes. La mayoría quería un cambio", asegura García, que ya avanza que no se moverá. Que está en el municipio para quedarse, y para decir que "Bildu es ETA, que se ha quitado la careta".

Y es que, asegura con una firmeza inusitada para el PP de hoy en día, "ayer se mostró clarísimamente quiénes son los que están detrás del velo. Las actitudes antidemocráticas quedaron plasmadas en el pleno y fuera".

Por todo ello, reclama al Ministerio del Interior y a los órganos jurisdiccionales del gobierno que "tomen buena nota" porque "hay pruebas más que evidentes". Él bien lo sabe, lo vivió en sus carnes. "Bildu es lo mismo que ANV, que Batasuna, que ETA", resume.

Y por si no había quedado lo suficientemente claro, solemniza: "Para eso me presenté, para denunciarlo". En Elorrio no había representación por el Partido Popular, pero llegó él. "Estoy muy satisfecho y contento con el resultado del pleno de ayer. Los demócratas somos ahora mayoría". Una vez acaba la conversación con este diario, sigue a lo suyo, a disfrutar del pueblo con sus amigos, "que son de aquí".

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