Primera sesión de control al Gobierno con Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato del PSOE a La Moncloa, y su retahíla de cargos centró la bronca parlamentaria. El rifirrafe entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy volvió a caracterizarse por el perfil bajo.
Utilizando la denominada crisis de los pepinos como gancho, la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, recriminó al vicepresidente su pasado político: "Hace veinte años que llegó usted al Gobierno de Felipe González y ahora, en veinte días, quiere presentarse como una persona ajena al Gobierno de Zapatero".
Sáenz de Santamaría le afeó por querer presentarse ahora como "Alfredo" como "si todo el mundo no supiera quién es Rubalcaba". "No gobierna ni usted ni nadie", y en este sentido denunció que, mientras Alemania ponía a España contras las cuerdas por el brote de E.Coli, "a usted le preocupaba que otra socialista -Carmen Chacón- le despejara el campo propio".
Por ello, la número tres de los populares preguntó al también ministro del Interior y candidato socialista si no cree que está supeditando "su agenda de partido" a los problemas nacionales, a lo que Rubalcaba respondió tajante: "Mis prioridades son las del Gobierno" y "estas coinciden con la de los españoles".
A la portavoz del PP no le convenció lo dicho por Rubalcaba, y le espetó: "Cuánto le gustan los cargos y que poco las responsabilidades", para denunciar a renglón seguido que "sólo da la cara cuando está resuelto el problema". En este punto, le recordó también la afirmación de que tiene un plan contra la crisis, para volver a quejarse: "¿Desde cuándo sabe lo que le hace falta a España? Tras siete años de la mano de Zapatero poco tiene de qué presumir".
Un duro argumentario para concluir: "¡Usted es lo último que necesita España!", lo que despertó a una bancada del PP, hasta entonces durmiente, que estalló en aplausos durante un prolongado espacio de tiempo.
En su turno de réplica, Rubalcaba no redujo el tono de bronca. Más bien aumentó los decibelios: "Lo que a usted le molesta de mí es que le digo las cosas que ustedes no quieren oír", y utilizó un abucheo general para decir con sorna: "¿No ve como le molesta?".
Habló después de "gamberrada política" y de "disparatadas acusaciones" cuando se refirió a las acusaciones del PP sobre la banca rota del Gobierno de Castilla-La Mancha. "Comparándolo con Grecia, mira que les gusta Grecia", afirmó.
Eso sí, sobre la petición de que abandone el Gobierno, aseguró que lo hará cuando así lo crea oportuno, si bien "lo que no voy a hacer es callarme". El portavoz del Ejecutivo remató: "Piensen en el interés general, piensen de verdad que no hace daño a nadie".
Cara a cara entre Zapatero y Rajoy
Previamente, el jefe de la oposición abordaba a Rodríguez Zapatero por la dificultad que tienen las pequeñas y medianas empresas, así como los autónomos, para conseguir crédito, siendo ésta "su única fórmula de financiación".
Citando datos del Banco de España, Mariano Rajoy apuntó, en este sentido, que la mayoría de esa bolsa económica la reciben las administraciones públicas, todo un error, recalcó. El presidente del Gobierno negó la mayor, y rebuscó algún dato positivo para declarar que el sector servicios, por ejemplo, sí está mejorando.
No le fue suficiente a Rajoy, que llevó al Parlamento la necesidad de "confianza y crédito". "De la primera mejor no hablamos, porque su Gobierno no la inspira", y sobre el crédito que obtienen las Pymes mencionó al resto de países de la UE para dejar claro que estamos en mucha peor situación.
"Sin confianza y sin crédito es imposible. Ustedes -el Gobierno- no están en condiciones de aportar confianza y tampoco de resolver el problema del crédito", concluyó Rajoy, para acto seguido tomar la palabra Zapatero, que dijo: "Hablando de confianza, podría hacer usted algo por generar la confianza de España, de la economía española, en el exterior", sentenció.