Los efectos poselectorales de la aplastante victoria del PP en las elecciones municipales andaluzas están siendo especialmente visibles en Cádiz, donde el PSOE puede perder la alcaldía de Alcalá de los Gazules, sede y símbolo del famoso clan socialista de Alcalá, que emprendió sus pasos bajo la batuta del ya fallecido Alfonso Perales, amigo de Manuel Chaves y de su primo hermano, Luis Pizarro Medina, ex vicesecretario general del PSOE andaluz y ex consejero de José Antonio Griñán.
De producirse el pacto que en estos momentos se fragua entre IU y PP, el PSOE perdería un bastión histórico desde el que el clan, "flan de Alcalá" desde el 22 de mayo, ha dominado la provincia de Cádiz y buena parte del aparato socialista andaluz.
Los resultados en Alcalá de los Gazules dieron la victoria al PSOE por mayoría absoluta. De los 13 concejales en liza, el PSOE obtuvo 7, PP 3 e IU 2. Pero el recuento posterior alteró estas cifras y ahora el PSOE sólo tendría 6 concejales mientras que el PP obtendría 4 e IU 3. Aunque no se ha confirmado oficialmente, este nuevo resultado altera sustancialmente lo ocurrido el día 22 de mayo.
De hecho, Izquierda Unida ya ha anunciado que promoverá su propia opción a la alcaldía y ha comenzado las negociaciones con el PP de Cádiz.
El marco es muy diferente puesto que la Diputación de Cádiz, de donde se nutren de recursos muchos de los ayuntamientos de Cádiz, ha sido conquistada por vez primera en la historia democrática de España por el Partido Popular y además, por una mayoría absoluta de 16 diputados frente a los 12 del PSOE que ni siquiera pactando con Izquierda Unida y Partido Andalucista podría seguir en el gobierno del ente supramunicipal.
Naturalmente, en estos resultados han influido las informaciones periodísticas mostrando la cara oculta del clan de Alcalá y sus relaciones nepotistas, relaciones que han circulado profusamente por Internet y por las casas de Alcalá de los Gazules.
Izquierda Unida está atravesada por un sentimiento político contradictorio. Por una parte, hay en su seno quienes quieren pactar con el PSOE en función de una supuesta coherencia ideológica y quiénes quieren desalojar al PSOE de sus poltronas por razones éticas y por razones políticas. Las éticas son evidentes. Tendría poca explicación apoyar una trama de corrupción como la extendida por el PSOE en la provincia de Cádiz.
Pero hay razones políticas. La ley de bronce de los pactos políticos en Andalucía advierte de que todo partido pequeño que alcanza acuerdos con el PSOE es fagocitado electoralmente por el mismo y sus mejores hombres y mujeres cambian de bando. Por otra parte, el PSOE ha ejercido una política de humillación permanente de muchos de estos militantes locales de IU que no pueden soportar ver cómo siguen dominando los mismos.
También la imagen moderada del PP andaluz y su discurso regeneracionista y reformista han acallado los tradicionales rechazos de una Izquierda Unida donde el comunismo puro y duro ha dejado paso a posiciones menos dogmáticas y rígidas.
En consecuencia, el caso de Alcalá no es el único, pero es el caso emblemático que muestra la hondura de la derrota socialista, no sólo en las urnas, sino en la apreciación de muchos ciudadanos.
Tenemos, además, el ejemplo de San Fernando, donde José Loaiza, presidente del PP de Cádiz, puede hacerse con la alcaldía al negarse IU a pactar con PSOE y el Partido Andalucista. Igualmente sucede en Castellar, otro municipio de la zona de influencia del clan de Alcalá.
Precisamente por ello, el PSOE ha desatado su maquinaria de descalificaciones hacia IU y la ha acompañado de arrumacos con el PP en municipios donde IU tiene la mayoría simple, como es el caso de Puerto Serrano o Conil. Por ejemplo, Francisco González Cabaña, ex presidente ya de la Diputación de Cádiz y todavía máximo dirigente del PSOE de Cádiz, ha dicho del cabeza de lista de IU en Alcalá de los Gazules, Juan Carlos Fernández Luna, que fue alumno suyo cuando estudiaba Bachillerato "y, a la vista de su actitud, está claro que no aprendió nada de mis lecciones".
