Los 'indignados' de Sol decidieron mantener su campamento en la asamblea que celebraron el domingo.
La 'micro polis' asentada en la madrileña puerta del Sol no para de crecer. Cada día hay más tiendas de campaña, y las casetas de las comisiones se multiplican –Respeto 1, Respeto 2, Psicología, Espiritualidad...-. El campamento de Sol es cada vez mayor y, lógicamente, el espacio libre en el enclave madrileño es, día tras día, más reducido.
Pasear por Sol se ha convertido en una difícil tarea para cualquier ciudadano que no sea un 'indignado'. El domingo, durante la celebración de la asamblea de las ocho por la tarde, la circulación ciudadana en Sol era imposible. Entre el campamento y la asamblea, a los viandantes no les quedaba otra que meterse por las calles aledañas, o rodear la puerta del Sol formando colas.
Algunos ciudadanos se indignaron con los 'indignados'. Según pudo comprobar LD, un hombre les dijo que "lo público es de todos". Otro ciudadano les pidió que desalojaran ya, que él también tenía derecho a "disfrutar del espacio público". Uno de los asistentes a la asamblea espetó a este ciudadano: "Vete a Cortilandia". "La calle no es más tuya que mía", le respondió un acampado a otro hombre que protestaba desde la cola.
En el tramo que va desde la calle Alcalá hasta la plaza de San Jerónimo pasando por Sol, el tráfico se colapsó por momentos debido a la invasión de la carretera por peatones.
La asamblea comenzó con 25 minutos de retraso, debido a problemas con el equipo de sonido. El moderador introdujo el discurso habitual: pidió respeto, anunció cómo funcionaría la asamblea, explicó las formas de expresión... y citó el objetivo de la reunión: marcharse o quedarse en Sol.
Y cada comisión dijo una cosa. El portavoz de la comisión de Política expresó el deseo de su comisión de permanecer indefinidamente en el céntrico enclave madrileño; Infraestructuras abogó por una "reestructuración" del campamento; el de Comunicación, apuntó a fijarse un máximo de una semana en la permanencia de la acampada...
En la asamblea se hizo mención a las quejas que algunos comerciantes habían presentado por la acampada de Sol, y uno de los portavoces planteó la reducción del campamento, para no causarles más problemas.
También se apuntó la posibilidad de retirar el campamento, pero situar un puesto de información fijo, en el que cualquiera que quisiera informarse sobre el movimiento pudiera hacerlo sin ningún problema.
Finalmente, los ‘indignados’ consensuaron permanecer en Sol. Debatirán el próximo jueves si se fija una fecha límite para el desalojo o unos objetivos concretos para levantar el campamento. En lo único que coincidían los portavoces era en que, aunque la acampada se disolviera, el movimiento seguiría en pie.