La dirección nacional del Partido Popular se rinde a la evidencia y confirma el “fracaso más absoluto” de la apuesta por Isabel Pérez Espinosa por el Principado de Asturias. Aunque en una fase muy preliminar, ya en la noche electoral, destacados pesos de la formación hablaban de la región en dos vertientes; la de apoyar el ascenso de Francisco Álvarez Cascos y, paralelamente, depurar y purgar las siglas de cara a los siguientes comicios.
Sobre la investidura del ex ministro de Aznar, las fuentes consultadas desvelan que ya se han abierto canales de comunicación a fin de iniciar un periodo dulce. El enemigo común es “el socialismo”, y eso es “lo que nos une”. “Ha ganado el centro-derecha”, proclamó la vicesecretaria Ana Mato, quien fuera interlocutora de Cascos y quien, antes del 22-M, ya sabía sondeos en mano del chasco tremendo en las urnas.
Evidentemente, añade un miembro de la dirección, “no vamos a hacer propaganda” pero “estamos porque Cascos sea presidente”, enfatizó. En una rueda de prensa excepcional, y en calidad de secretaria general, María Dolores de Cospedal no iba tan lejos, pero deslizaba esa disponibilidad: “Vamos a garantizar gobiernos estables que sean buenos”, enfatizó por varias condiciones. “Es el momento de analizar los resultados”, añadió.
La número dos de los populares no quiso admitir que el portazo de Cascos en pro de Pérez Espinosa fue un error, algo que dicen a gritos en los pasillos. “Maleducada, irrespetuosa, altiva”, se escuchó en voz de destacados, mientras se observaba con pesadumbre el punto negro del norte.
“Hay que hacer autocrítica”, admitía Cospedal, tras una batería de preguntas sobre Asturias. Pero, enfatizaba, “el PP ha ganado las elecciones por diez puntos en toda España”. La vicesecretaría de Organización tiene ahora la difícil tarea de poner orden “de una vez por todas” en el Principado.