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"Esto es como cuando te dejan, nunca se espera"

Tenían encuestas internas que ya lo vaticinaban: el PP ganaría las elecciones. Pero nunca imaginaban este "tsunami" electoral.

Un silencio sepulcral ha recorrido Ferraz durante toda la tarde. Los dirigentes socialistas han estado enclaustrados sin hacer comentarios y sin que estos trascendieran al exterior. Ni tan siquiera se sabía a ciencia cierta, a primera hora de la tarde, si Zapatero iba abandonar los muros de la Moncloa para acercarse a la sede de su partido y estar junto a los suyos en estas horas tan amargas. Lo que sí parecía estar claro es que ningún simpatizante ni militante iba a acudir al cuartel general de los socialistas. Tampoco se les permitía la entrada al interior.

Pero todo se desveló cuando Elena Valenciano hizo su entrada en la sala de prensa. Su cara lo decía todo y, sus palabras, terminaron por confirmarlo. Mientras esto ocurría el presidente del Gobierno llegaba en coche a la sede. Pocas cámaras pudieron grabar su llegada. Los tiempos, medidos a la perfección.

"No será una buena noche para el PSOE. Lo entendemos y lo aceptamos", anunció Valenciano. Eran las ocho pasadas. Desde ese momento hasta las once de la noche los cuatrocientos periodistas que allí nos encontrábamos seguíamos el recuento electoral a través de la televisión. Teníamos que esperar la que se suponía iba a ser la comparecencia de José Blanco dando la valoración final. Pero no fue así. El personal de prensa del partido anunció: "¡En dos minutos, Zapatero en el salón de actos!"

El presidente hizo esperar aún media hora más. A las once y media hacía su aparición flanqueado por José Blanco, Manuel Chaves y Elena Valenciano. Al estrado subieron también Leire Pajín, Elena Salgado y José Antonio Alonso, entre otros dirigentes del Comité Electoral. Las caras, demudadas. Sólo tomó la palabra Zapatero para admitir la debacle electoral. Aún así, un mensaje: no se va; se queda, dice, por el bien de España: tiene que culminar las reformas económicas que ha empredido para conducir al país a su recuperación.

Esta vez no se escuchó el tópico de "hemos ganado todos", se admitió la derrota sin paliativos. Y es que nadie en el PSOE se esperaba este batacazo electoral. "Esto es como cuando te dejan, nunca se espera", comentaban dirigentes socialistas ya sin micrófonos.

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