Mariano Rajoy se comprometió personalmente con Sevilla. Por eso inició la campaña, con la tradicional pegada de carteles, en la ciudad, y por ello ha vuelto en el penúltimo día en el que se puede pedir oficialmente el voto.
Génova diseñó un cierre de campaña a dos días; uno en Andalucía -visitando Málaga y la capital hispalense- y otro en Castilla-La Mancha -recorriendo Ciudad Real y Guadalajara, claves para la victoria de Cospedal-. El broche final correrá a cargo de Esperanza Aguirre, que ha preparado un impresionante macro-acto en el Palacio de Deportes de Madrid.
Y en Sevilla el líder del PP llamó a cambiar la historia, a iniciar el fin de la era del socialismo en Andalucía. “Nunca vamos a aceptar que sean propiedad de ningún partido político por mucho que hayan abusado del poder”, jaleó Javier Arenas, ante un auditorio entregado y lleno hasta la bandera.
Más de seis mil militantes y simpatizantes acompañaron a los tenores populares en el acto final. A ellos se dirigió el líder del PP andaluz: “Nuestro enemigo es la crisis y el paro” y “nuestro peor adversario la euforia y los excesos de confianza”. Pese a todo, auguró: “¡Llamaré a mi amigo del alma -Juan Ignacio Zoido- alcalde, alcalde de Sevilla!”.
Un emocionado Zoido recogió el testigo e hizo de la lucha contra la corrupción y los abusos su bandera. “Aquí se han terminado las mariscadas, se han terminado”, fue su grito de guerra, mientra el público le gritaba casi en éxtasis: “alcalde, alcalde”.
“Vengo a pedir el voto para Zoido, porque una gran ciudad necesita de un gran alcalde”, arrancó el líder de los populares. Antes, en un paseo por el municipio de Tomares, destacó el escándalo de los ERE para lavar la cara a la región: “No es ni los ERE, ni los chanchullos ni las chapuzas” de sus políticos.
Ya en el mitin central, el líder de los populares tuvo que parar una y otra vez ante el alboroto del auditorio, que en un ambiente de fiesta hizo de sus coreografías parte de la noticia. “Gracias, gracias”, les contestó Rajoy, que aseguró que llegará a La Moncloa en todo por su ayuda.
“Los gobiernos de Sevilla, la Junta de Andalucía y de España se han divorciado de los españoles”, apuntó el líder de los populares, que ya no mentó expresamente al movimiento del 15-M para hacer un discurso calcado al de días anteriores. “Inflacción de Pepiños”, se mofó, en referencia a los ataques recibidos desde las filas socialistas.