Aguirre se resiste a la "mordaza" y arremete contra Zapatero por ETA
Mientras Cospedal aguantaba quejas de las bases del PP por el silencio de Rajoy, Aguirre y Granados cargaban contra el Gobierno por Bildu.
Esperanza Aguirre no se resigna a callar ante el “escándalo” que supone la presencia de Bildu en las elecciones del 22 de mayo. En palabras de un asesor de la presidencia, el caso es “tan grave” que hay que seguir denunciándolo “día tras día” hasta quedarse “sin voz”, y por ello la candidata popular volvió a hurgar en la llaga, en esta ocasión en presencia de María Dolores de Cospedal.
Con su torpedo de flotación en contra del Gobierno se salta hasta dos directrices de la dirección nacional. Una general, a través de un argumentario en el que se excluía que fuera el Gobierno central el culpable del fallo del Tribunal Constitucional, y otra mucho más particular, cuando Ana Mato -directora de campaña- le emplazó bajo petición expresa de Mariano Rajoy a que excluyera el tema Bildu de sus discursos.
Sin embargo, Aguirre, envalentonada aún si cabe por el apoyo de las bases, volvió a llevar al primer plano el asunto, en un acto sectorial en materia sanitaria celebrado en Esquivias, provincia de Toledo. El balance de José Luis Rodríguez Zapatero, denunció, incluye “la presencia de ETA en las instituciones”. Entonces, las quinientas personas que abarrotaban el escenario le brindaron vítores y aplausos.
Su número dos, Francisco Granados, daba aún más argumentos: “El Gobierno ha presionado a los magistrados del TC para que ETA esté en las instituciones”, denunció en declaraciones a Libertad Digital. Lo decía el mismo día de conocer los argumentos que el tribunal utilizó para exculpar a Bildu, y que ha dejado una situación “impresentable” a ojos del consejero madrileño.
“A estas alturas todos los españoles saben que la culpa de que ETA esté en las instituciones la tiene Zapatero”, continuó Granados, que habló de una “gran oportunidad” perdida en la lucha contra la banda terrorista. “Los socialistas han jugado a la doble moral”; remató.
Mientras, Cospedal rehusaba coger el testigo de Aguirre y Granados, pese a que minutos antes -en un paseo por Leganés-, tuvo que escuchar los reproches de varios simpatizantes a propósito del silencio de Rajoy: “Dígale que meta más caña, que no se calle”; se le pidió. En este sentido, estrategas de la formación consultados por este diario confirman que esta circunstancia empieza a “manchar” la campaña electoral, que debería de ser un paseo de rosas con todas las encuestas soplando a su favor.
“Es cierto que la imagen que se da no es buena. Que deberíamos de fijar postura. Pero las órdenes son las que son”, arguye un miembro del denominado aparato, y que es de los que piensa que Antonio Basagoiti no puede ser tan categórico al afirmar que “jamás” romperá la alianza con Patxi López. “¿Y si se confirma que nos están engañando?”, se preguntó.
Por su parte, y como ocurriera en la víspera, Rajoy volvió a hacer de líder silente en su visita a las Islas Canarias, plaza importante para los populares ya que su candidato, José Manuel Soria, podría ser presidente gracias a un pacto de gobierno con Coalición Canaria. Una actitud que provocó el enfado de los informadores, más aún al comprobar que el formato para hablar en San Cruz de Tenerife se parecía al de una rueda de prensa. No obstante, Rajoy volvió a ignorar sus preguntas, ya que “hoy no toca hablar de ETA”.
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