Mariano Rajoy quiere evitar a toda costa que se vuelva a repetir el escenario de un PP a dos velocidades en política antiterrorista; quienes siempre van un paso más allá en la petición de explicaciones -véase José María Aznar, Esperanza Aguirre o Jaime Mayor Oreja- y los que echan el freno y se ciñen a la pauta mariana de dar perfil bajo a todo lo relacionado con ETA.
El fallo del Tribunal Constitucional, permitiendo a Bildu concurrir a las elecciones, fue resuelto por la dirección nacional con un comunicado en el que se someten a la decisión del Alto Tribunal, pese a no compartirla. Ni tan siquiera citan el Pacto Antiterrorista y el de alianza en el País Vasco, que en su día se dijo (en voz tanto de María Dolores de Cospedal como de Antonio Basagoiti) que quedarían rotos si “en la prueba de fuego”, el 22-M, alguna franquicia de ETA estaba presente en las papeletas. El argumentario interno remitido a sus portavoces, y al que tuvo acceso este diario, es un calco del comunicado y la única exigencia al Ejecutivo es que esté vigilante por si se produce enaltecimiento a la banda terrorista.
La decisión, tomada por las más altas instancias, es aguantar los pactos hasta las últimas consecuencias, centrando la campaña electoral en un único asunto primordial: la situación económica que atraviesa el país. Así lo va a hacer Rajoy, que ya en su discurso inaugural para pedir el voto ignoró que el TC estaba a esa hora reunido y que las noticias no eran nada halagüeñas. Y así se la he exigido Génova tanto a su equipo de dirección como a los primeros espadas, incluidos candidatos a Comunidades Autónomas.
Y es que, según pudo saber Libertad Digital, la vicesecretaria de Organización y responsable de campaña, Ana Mato, llamó en más de una ocasión a la presidenta Aguirre a fin de que se ciña a la estrategia definida y rehúse incluir a Bildu en sus valoraciones, dejando a renglón seguido a Rajoy en evidencia. Jaime Mayor Oreja también recibió un toque de atención, y de ahí que su agenda haya quedado reducida.
Según las fuentes consultadas, ninguno de estos dos dirigentes pretenden cambiar en línea alguna su diagnóstico, harto conocido por la sociedad. Las “presiones” no van a surtir efecto, aseguran fuentes del entorno del ex ministro del Interior, que no se cansa de repetir allí donde va que todo es fruto de un plan perfectamente diseñado en el marco de la negociación política entre el Gobierno y ETA.
“Nuestra opinión está en el comunicado”, responde un portavoz autorizado, rehusando dar una valoración a la llamada de atención efectuada. “Si Rajoy habla, no dirá más de lo que dice ese comunicado”, avanza, previendo una avalancha de informadores en la primera jornada de campaña, que se celebra por la región de Extremadura.