El Partido Popular estima que el votante dormido se dará en el PSOE, y no entre su base electoral. Que la "repulsa" que los ciudadanos tienen hacia las políticas emprendidas por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero es suficiente para que esa base, estimada en unas diez millones de papeletas, se eche en masa a los colegios electorales el 22-M.
Pero en ese pronóstico hay un pero que cada día preocupa más en la sede nacional de los populares: el exceso de confianza provocado por las encuestas, que auguran ni más ni menos que el resultado más positivo para la formación de su historia.
El partido del 22-M está "cero a cero", le vino a decir Mariano Rajoy a su Junta Directiva Nacional, en plena euforia por los sondeos. Esperanza Aguirre, que prevé aumentar incluso su holgada mayoría absoluta de 2007, tampoco se cansa de repetirlo. Ayer mismo, lo hizo en el programa especial de Es La Mañana de Federico en el teatro Lara: "Las encuestas no deben tomarse al pie de la letra como si fuera ya un resultado electoral", son una "fotografía" del momento, enfatizó la candidata popular.
"Las encuestas están muy bien, pero no para conformarnos. Ganar unas elecciones es muy difícil y ganar por mayoría absoluta -como ella necesita, pues en caso contrario se aliarían PSOE-IU- es dificilísimo", añadió; extremo que ocurre en la casi totalidad de comunidades autónomas donde, a partir de este jueves, los populares pedirán formalmente el voto.
La estrategia, pues, es no dar por seguro nada, y remangarse haciendo propio el "pico y pala" tan machacado por Aguirre. "Ir casa por casa, pueblo por pueblo, pidiendo el voto", recetó el líder nacional, en un reciente encuentro a puerta cerrada con sus principales espadas.
Por ello, y desde hace días, los principales dirigentes de la formación echan el resto por toda España en actos y mítines. A ellos se unirá el propio Rajoy, con una campaña cargadísima que pudiera hacer presuponer que es él el candidato al 22-M.
"Creo que vamos a arrasar, pero no hay que decirlo públicamente", afirmó, gráfico, un miembro del PP de Madrid, que puso de manifiesto para este diario que los pronósticos son "tan espectaculares" que no creen que "se pueda rascar mucho más".
Entre ese votante durmiente que se podría dar en el PP también se incluye "al de toda la vida", descontento por la forma de hacer política de Rajoy. En este sentido, este mismo cargo, de alto nivel, recalcaba que en Madrid, por el efecto Aguirre, no debería tener consecuencias, pero no así "en el resto de España".
Preguntado por este extremo, un portavoz de Génova dejó claro que no cree que tal extremo se produzca habida cuenta de que "es más la animadversión" hacia Zapatero que hacia el presidente de los populares.
Por su parte, también entre ese potencial elector que podría no ir al colegio electoral, está el que conforma el denominado "centro" o, más aún, el "centro izquierda" y que, si bien quiere dar un escarmiento a Zapatero, se resiste a doblar la papeleta de los populares. "Si creen que el PP va a ganar sí o sí, ¿para qué votarle?", aducen en las filas del PP.
Pese a todo, en la sede nacional insisten en que "esto ya no tiene vuelta atrás" aunque llaman a "no dormirse". Es por ello por lo que ha dado un toque de atención a los suyos, para arengar a simpatizantes y militantes. Papel clave también jugará Nuevas Generaciones, a fin de captar el voto de los más jóvenes. El PP quiere convertir el 22-M en un plebiscito al Ejecutivo que se traduzca en un adelanto de las nacionales.