Lo primero que apareció fue una carta de Antonio Reyes, en su blog. Reyes es hermano del Secretario General del PSOE de Jaén (Francisco Reyes). Antonio está contratado a dedo por la Fundación Andalucía del Fondo Formación y Empleo y trabaja en la Dirección Provincial del Servicio Andaluz de Empleo de Jaén (Servicio de Formación para el Empleo).
En esa carta que ya se ha hecho desaparecer conveniente de su blog, Antonio Reyes se refería despectivamente a los funcionarios y laborales de la Junta contrarios al "decretazo" de José Antonio Griñán. Ahora, se ha visto obligado a rectificar vergonzantemente no sabemos si por la Secretaría General de su partido o por la propia Junta.
Su carta de disculpa aparece con el título: "carta de Antonio Reyes, por instrucción de la Secretaría General", pero arriba está escrito el membrete de la Consejería de Empleo y su Delegación Provincial en Jaén. En esta carta dice que se arrepiente, no de haber dicho lo que dijo, sino de haber generalizado y haber metido en el mismo saco a todos.
En la primera e insultante misiva, decía: "Más quisieran ellos que el vino y las rosas hubiesen corrido a raudales por estos pasillos para celebrar que van a poder seguir con el extraordinario nivel de vida que llevan en su día a día en sus centros de trabajo. Os puedo asegurar que, aunque sólo llevo dos años compartiendo mis días con los funcionarios y laborales, ahora entiendo que es eso a lo que ellos llaman "el cortijo". Pero realmente no está en manos de los políticos, sino de ellos mismos. Aquí, ellos son los capataces que manejan el cotarro. Aquí, ellos son los que salen y entran cuando les apetece. Aquí, ellos son los que pasan sus días de trabajo preocupados en llenar autobuses y preparar pancartas. Aquí es donde se mezclan los laborales y los funcionarios y se meten en el mismo saco. Aquí es donde ningún jefe de servicio se atreve a decirles nada. Aquí es donde el sentido del civismo no existe. Aquí es donde los trabajadores se sienten y se saben los jefes de la empresa y no quien debe de serlo. Aquí es donde no existe la vergüenza ni, como dice mi madre, la han conocido."
Ahora dice: "No se puede meter a todo el mundo en el mismo saco y menos cuando ves a diario que hombres y mujeres de esta Delegación se dejan la piel por sacar el trabajo adelante".
Lo que no explica Reyes es cómo siendo trabajador de la FAFFE, una fundación de la Junta, tiene silla en la Delegación de Empleo de la Junta, que es la administración pública.
Vean y lean los documentos. Primero la carta original y luego sus disculpas:
"No funcionan los funcionarios
Días de vino y.... brazaletes negros en el centro de trabajo. Más quisieran ellos que el vino y las rosas hubiesen corrido a raudales por estos pasillos para celebrar que van a poder seguir con el extraordinario nivel de vida que llevan en su día a día en sus centros de trabajo. Os puedo asegurar que, aunque sólo llevo dos años compartiendo mis días con los funcionarios y laborales, ahora entiendo que es eso a lo que ellos llaman "el cortijo". Pero realmente no está en manos de los políticos, sino de ellos mismos. Aquí, ellos son los capataces que manejan el cotarro. Aquí, ellos son los que salen y entran cuando les apetece. Aquí, ellos son los que pasan sus días de trabajo preocupados en llenar autobuses y preparar pancartas. Aquí es donde se mezclan los laborales y los funcionarios y se meten en el mismo saco. Aquí es donde ningún jefe de servicio se atreve a decirles nada Aquí es donde el sentido del civismo no existe. Aquí es donde los trabajadores se sienten y se saben los jefes de la empresa y no quien debe de serlo. Aquí es donde no existe la vergüenza ni, como dice mi madre, la han conocido.
Por un lado, sus políticos afines que intentan llegar al gobierno de la Junta piden austeridad en el gasto público, pero por otro no quieren que la Junta ahorre ciento y pico millones de euros en dos años. En las distintas manifestaciones que han tenido lugar, el único grito de guerra que se ha podido escuchar y representado de las formas más variopintas posibles, dignas de uno de los premios MAX de teatro (para los funcionarios: estos son los premios anuales de las artes escénicas), iban dirigidos únicamente a los "enchufados" de los que ellos hablan. Esto me hace pensar varias cosas: 1ª, que tienen muy claro que sus divinas majestades (funcionarios y laborales) no van a notar cambio alguno en cuanto a su situación laboral. 2ª, que no quieren que nadie les obligue a trabajar. 3ª, que tienen miedo a que el personal que se incorpore a la agencia, ocupe puestos que ellos ocupan en la actualidad sin corresponderles (uno de los cabecillas de la revuelta en Jaén, ocupa un puesto que debería de haber salido a concurso y sin embargo fue puesto a dedo por...). 4ª, van a dejar de ser quienes se controlen a ellos mismos. 5ª, se aburren taaaaaaanto en su trabajo, que han encontrado una buena excusa para divertirse. 6ª y para mí la más importante: no les importa dejar de hablar con nosotros, que ya no es que seamos o no compañeros/as de trabajo, sino que somos personas (bueno, los funcionarios y laborales son seres superiores, perdón por el menosprecio).
Y así está el patio, con cabecillas vestidos con trajes negros, camisa blanca y corbata negra en señal de duelo, velas rojas, banderitas del CISF, brazaletes negros, etc. Todo esto en señal de luto por la muerte de la vida que han llevado hasta ahora a costa de todos los andaluces. Supongo que debe de ser duro que, después de tanto tiempo, venga ahora estos políticos de tres al cuarto y te digan que, a partir de ya, tienes que trabajar. Uy, perdón, pero que cosas digo. Que estas manifestaciones son en contra del famoso Decreto de reordenación del sector público. Perdonadme, pero es que me he dejado llevar por el espíritu libre y altruista del funcionario. Por un minuto, pensaba que yo también lo era. Como pasé las pruebas oportunas en la UNED de Úbeda y ayer se aprobó la nueva Ley... Vaya, voy a tener que llamar al director de mi banco para decirle que hoy, por desgracia, tampoco voy a poder firmar la hipoteca"
Y ahora, la rectificación vergonzante, que ni siquiera es voluntaria sino "por instrucción de la Secretaría General":
