Mientras Mariano Rajoy guarda silencio, provocando las primeras fisuras entre sus filas, José María Aznar volvió a abanderar la firmeza más nítida en el discurso del Partido Popular contra la política antiterrorista del Ejecutivo: "Al terrorismo, o se le combate de frente y con todo, o tendremos muchos más problemas", solemnizó.
El aviso a navegantes iba dirigido hacia el Ejecutivo socialista, que tiene que obstaculizar la presencia de las marcas de ETA en las elecciones, pero también al PP, envuelto en la confusión ante quienes piden aplicar la doctrina Acebes -que pasa por la impugnación de Bildu como marca, utilizando la Ley de Partidos- y la oficial -que se basa en la impugnación de todas las listas, una vez demostrado que son parte del entramado etarra-.
En un acto de partido celebrado en Salamanca, dentro del tour que hará para pedir el voto por el PP, Aznar dejó claro de qué lado está: "No basta con impugnar las candidaturas", sino que también debe hacerse con la coalición "porque para derrotar a ETA no puede haber una parte legal, dentra de las instituciones, y otra ilegal", arguyó, ante un auditorio abarrotado de simpatizantes.
El líder de FAES hacía este discurso como miembro del PP, si bien desde Génova ya advierten que "sin desautorizar" al presidente de honor "la postura oficial es la que es". Aznar aseguró que no se va a callar: "Ni a mirar para otro lado, ni voy a ser su palmero", apuntó, en relación a las críticas del PSOE, pero que bien parecía otro toque de atención a Rajoy.
Un "no me resigno" que pasa por denunciar, una vez más, que el Gobierno y ETA ya negocian de forma soterrada, y en este sentido recordó que el Ejecutivo optó por
mantener el diálogo con los asesinos tras el atentado de la T-4 para rechazar "las elecciones de moderación" que, denunció, pretenden dar al PP desde las filas socialistas.
"¿Ser moderado es ver y contemplar la fuga de etarras sin hacer nada?", se preguntó, en referencia al caso Troitiño. "Yo he dedicado mi vida a combatir el terror y quiero que el terror sea derrotado en España con todas las consecuencias", añadió, negando que sus postulados puedan ser considerados "radicales o extremistas", ya que se basan en que "el Estado de Derecho se cumpla y se respete".
"Presidente, presidente", se le gritó entonces desde un público entregado. Él ya advirtió que quería hablar "claro" de algunos temas, extremo que no ha ocurrido con Rajoy, y que parece que tampoco sucederá a corto plazo. Y es que, según fuentes del aparato, en su agenda no aparece atender a los medios de comunicación en rueda de prensa hasta después del 22-M. Y en sus mítines, de momento, sólo planea hablar de economía.