Beatriz Jurado, elegida por más del 90% de los votos, ya es nueva presidenta de Nuevas Generaciones. Sin embargo, Nacho Uriarte le robó protagonismo en su puesta de largo con un discurso en el que volvió a reivindicar el centro político: "Me siento heredero de la Transición que unió a mi país y responsable del proyecto centrista del mañana que, le guste a quien le guste, es donde se encuentra el 80% de los jóvenes de nuestro país", dijo vehemente.
La dirección nacional de la formación, encabezada por Mariano Rajoy, le respaldó en su despedida, que acaba con la guerra fría existente entre los cachorros de la formación por sus enfrentamientos con Pablo Casado.
Uriarte defendió la estrategia surgida del Congreso de Valencia, y más concretamente el viaje al centro emprendido por el líder de la oposición en la presente legislatura: "A mí me gusta que mi presidente, que Mariano Rajoy les hable a todos desde ahí -el centro-", afirmó en su marcha.
El diputado nacional afirmó que no es nadie "para dar consejos", pero sí que se permitió azuzar a los medios de comunicación, a los que culpa de agrandar parte de sus últimas polémicas, como la que le llevó a dejar la Comisión de Seguridad Vial del Congreso por ser multado por la Policía al conducir ebrio.
"Desconfiad de todos aquellos que se sientan en la verdad absoluta sin parar de soltar los tópicos tradicionales desde el radicalismo. Desconfiad de aquellos que os digan qué tenéis que ver o leer y huid de los que os digan lo que no podéis. Que no os pongan límites ni condiciones", arguyó Uriarte.
También criticó la etiqueta "sin complejos", y remató diciendo que "los que más presumen de brillantez intelectual, de ideología formada y de poseer el conocimiento verdadero son los que más miedo tienen de dejarse interpelar por ideas distintas".
En conclusión, dijo Uriarte, "alguno pensó que yo debía ser Prometeo y robar el fuego a lo dioses griegos para salvar la vida de los humanos. Y no soy ni más ni menos que un chico normal, un trabajador social con inquietudes, que le dolía lo que pasaba en su país y que quiso dar un día un paso al frente".
"Me voy feliz, siendo el dueño de mi destino pero, sobre todo, feliz siendo el capitán de mi alma", concluyó el ya no-joven dirigente popular. Rajoy recogió el testigo, defendiendo su gestión a pesar de las brechas abiertas: "Se va uno que lo ha hecho muy bien, y eso no suele ser habitual".
El presidente del PP dio a entender que Uriarte (de treinta años) sigue teniendo capacidades para ser presidente de NNGG, pero que los estatutos son los que mandan. "Quiero felicitarte" porque "creo que lo has hecho muy bien", continuó, no sin incluir una píldora de humor: "También te has cogido tus berrinches. Si te sirve de consuelo, piensa en mí", apuntó, provocando la carcajada del aforo, el auditorio municipal de Zaragoza.
Para Rajoy, lo importante es que se haya "superado" de las dificultades, motivo por el cual se definió "muy contento y agradecido" y, por ello, le anunció que cuenta con él en el futuro. No son pocas las fuentes que auguran que no repetirá como parlamentario en las Cortes Nacionales. Sin embargo, el jefe niega la mayor: "Te lo mereces y nos interesa", sentenció.