Tras cuatro años y medio, Nacho Uriarte -de treinta años de edad- ha pasado el testigo de la presidencia de Nuevas Generaciones a Beatriz Jurado, que encabeza una candidatura de unanimidad bajo la batuta de Javier Arenas.
Se acaba así con un periodo marcado por las convulsiones internas, a consecuencia del choque entre el aparato a nivel nacional y el de Madrid, liderado por Pablo Casado. Como telón de fondo, el apoyo explícito de Uriarte a Alberto Ruiz Gallardón y la alineación de Casado con Esperanza Aguirre.
Con la elección de Jurado, en principio, se acaba con la guerra fría que se vivía en el seno de los cachorros populares. Fuentes de NNGG de Madrid aseguran que la candidatura es "de consenso" y que, si bien habrá que esperar acontecimientos, cuenta con su aval. No así la de Uriarte, al que acusan de intentar "perpetuarse en el poder" y de "marginar a Madrid" a pesar de ser el gran bastión de los jóvenes populares.
A pesar de ello, la dirección nacional quiso vender una imagen de gratitud sincera entorno a la figura de Uriarte, cuyo futuro se vislumbra ahora incierto ya que, según Génova, no será diputado nacional en la próxima legislatura.
Todos los que, antes de la elección de Jurado, tomaron la palabra tuvieron elogios hacia Uriarte: María Dolores de Cospedal, secretaria general; Ana Mato, vicesecretaria de Organización; Esteban González Pons, vicesecretario de Comunicación; Soraya Sáenz de Santamaría, portavoz del PP en el Congreso; y Javier Arenas, presidente de los populares andaluces.
"No es lo mismo hacer las cosas porque sí o comprometerse, y tú -Uriarte- te has comprometido", exclamó Mato, que definió Nuevas Generaciones como "referente de vanguardia y progreso". Por orden de Mariano Rajoy, todos avalaron su gestión, como lo hará el propio presidente popular en la clausura del cónclave, que se celebra este sábado.
En este sentido, Cospedal añadió que la asociación de jóvenes transmite "optimismo y mensajes de futuro" y todos los portavoces de la formación insistieron en la idea de que los cachorros populares tienen que "rebelarse" contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, en particular, y las políticas socialistas, en general.
El equipo del hasta hoy presidente de Nuevas Generaciones respondió a las palabras de los pesos pesados del PP con lágrimas; su secretario general, Ángel Gonzalez, tuvo que interrumpir su discurso en varias ocasiones, durante el tiempo de agradecimientos. "Hemos llorado todos", se decían.
Sin embargo, el momento más intenso llegaba al mentar a dos personas; a la fallecida Loyola de Palacio -fundadora de la asociación- y al asesinado por ETA Miguel Ángel Blanco, que levantó de sus asientos a los más de mil jóvenes del PP que abarrotaban el auditorio de Zaragoza, donde se celebró el cónclave.
De fondo, el PP también vendió la vigencia de Nuevas Generaciones, que sirve a la formación para sacar músculo gracias al elevado grado de participación de sus componentes. "Sois el futuro de España", se escuchó en boca de más de un portavoz.