La Audiencia Nacional estudiará en pleno la puesta en libertad del etarra Antonio Troitiño. Lo hará el próximo día 25, dentro de once días y después de las vacaciones de Semana Santa de las que disfrutarán sus señorías.
Se ha informado este jueves en una nota de prensa el presidente de la Sala de lo Penal Javier Gómez Bermúdez, este asunto se tratará en pleno "dada la complejidad y trascendencia del asunto" en vez de hacerlo la Sección Tercera, responsable de la excarcelación del terrorista.
Mientras tanto, Troitiño, condenado a más de 2700 años de cárcel por 22 asesinatos, se encuentra desde ayer en libertad al haberséle aplicado la doctrina del Tribunal Constitucional sobre el doble cómputo de las penas. En total, el etarra ha cumplido 24 años de los 30 de pena efectiva que debería haber pasado encarcelado teniendo en cuenta la doctrina Parot.
Lo cierto es que desde ayer, le pese a quien le pese, Antonio Troitiño es un hombre libre a todos los efectos ya que en la providencia donde la Sección Tercera de la Audiencia lo dejó en libertad no se le impuso ninguna restricción (algo habitual ya que se debía a una excarcelación por el cumplimiento de su condena).
En esta tesitura, y dado que existen varios precedentes de miembros de ETA que han actuado así, no sería descabellado pensar que en los próximos días Troitiño puede coger su pasaporte y viajar a cualquier país del mundo.
Así las cosas cabe la posibilidad de que cuando el pleno de los magistrados de la Audiencia Nacional adopte una decisión sobre su libertad, el terrorista se encuentre en paradero desconocido o en algún destino, como por ejemplo Venezuela, donde directamente se les da cobijo a los miembros de ETA. En este último caso, aunque la Justicia española dictara una orden internacional de busca y captura su detención sería prácticamente imposible al no existir una colaboración real por parte de las autoridades del otro país.
En los últimos años ha habido casos tan sonados de terroristas que se han dado a la fuga como Iñaki de Juana Chaos, Maite Aranalde o el propio Arturo Cubillas. Todos ellos estuvieron o están prófugos de la justicia española por distintos motivos.