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Chaves defiende el "currínculo" de sus hijos de las "detetables" críticas

Un Chaves titubeante y nervioso ha tenido que enfrentarse en el Congreso a las preguntas del PP sobre los negocios de su hijo en Andalucía.

El PP llegaba a la Cámara baja consciente de que tenía material más que suficiente para incomodar a Manuel Chaves, valiéndose de las informaciones periodísticas que día sí, día también desvelan algún que otro negocio "dudoso" de su hijo.

El primero en plantar batalla fue el diputado popular Ricardo Tarno, que acusó al expresidente de la Junta de no dar el mismo trato a "todos los españoles" en Andalucía ya que "si se es socialista andaluz puede prejubilarse sin trabajar, y si se es familiar suyo las puertas de la administración están abiertas" dijo, mencionando también el escándalo de los ERE fraudulentos.

Tarno hizo un repaso rápido por todos los asuntos que planean sobre los negocios de Iván Chaves: su labor como "comisionista" en Andalucía, el cobro de los despachos de la Junta... y acabó citando a Zarrías, para decir que esos escándalos puede que fueran "legales, pero son feos, feos".

El diputado popular atizó la moral del vicepresidente tercero, cuando le dijo que: "Se ha convertido en el gran problema del PSOE, hoy le aplauden pero luego se niegan a defenderle y ponen fecha a su marcha". 

Posteriormente el diputado Rafael Merino reeditó la pregunta de Tarno. Chaves reincidió igualmente en su “respeto a los principios de independencia y parcialidad” contra lo que tachó de “sucesivas” campañas de difamación contra su familia.

Chaves: entre el "currínculo" y los "Marinos"

El vicepresidente tercero trató de contestar a las críticas exhibiendo una imagen de firmeza y seguridad, que desde luego, no logró transmitir. Contestó airado, hablando deprisa, y equivocándose constantemente - lo que desató no pocas risas en la Cámara-. 

A Ricardo Tarno le acusó de inventarse escándalos vinculados con sus hijos aprovechando la precampaña electoral. Chaves aseguró que antes de celebrarse las elecciones europeas, el PP sacó a relucir el caso de Paula Chaves y Matsa, asegurando "que beneficié a mi hija, y que conseguí ayudas, y nunca demostraron nada". Así, redujo los escándalos a una mera estrategia electoral: "Antes lo hicieron con mi hija, y ahora con mi hijo". 

La estrategia del expresidente de la Junta se resume en una sóla consigna: negar la mayor. Dijo que las fotografías con empresarios en fiestas, que luego contrataron a su hijo, no significaban nada porque "acudía a más eventos de otras empresas, y que incluso los Tribunales habían negado las acusaciones de los populares". 

Pero, conforme ha ido elevando el tono, Chaves incrementó su nerviosismo, dando bandazos de ciego. Comenzó a tropezarse con las palabras, a equivocarse constantemente, y a rematar con una intervención que casi rozaba el ridículo: tildó de "detetables" el "universo moral" de los diputados del PP, y llamó en varias ocasiones "Marino" a Rafael Merino. El mejor gazapo fue cuando alabó el currículum de sus vástagos: dijo "currínculo". 

"Quieren que mis hijos se vayan a trabajar fuera de Andalucía y de España" 

El popular Rafael Merino estuvo más duro en su contrarréplica. Instó a los socialistas a que “no se pongan nerviosos por escuchar verdades”, las que implican la trama de corrupción de los ERE y toda la cadena de actuaciones dudosas de la Junta. Y remató diciendo que cualquiera del 43% de desempleados jóvenes españoles en paro les gustaría ser “comisionista” como lo ha sido Ivan Chaves, hijo del vicepresidente tercero. “En mítines y en una radio amiga lo han reconocido”.

Y Chaves soltó su perla del día. “Yo no sé si ustedes quieren que mis hijos se vayan de Adalucia y de España”. Tras lo que pareció un lamento, que poco favor hace a su partido, comenzó con su habitual arremetida contra los populares. “Ustedes han puesto en marcha una campaña de desinformación paralela a la que levantaron en las elecciones europeas”.

Es decir, “pura basura” que “provoca vergüenza ajena y náuseas. Nosotros a lo que nos dedicamos es a la política, tenemos un plus de exigencia superior a los demás, y entiendo que si eres político, y te cogen bebido, que esto acarrea una dimisión salvo que seas del PP”, o que se declaren los “sueldos y bienes”, cosa que ocurre salvo “que te llames Mariano Rajoy”. Y concluyó con su habitual alegato familiar: “mis hijos no son políticos, son ciudadanos normales a los que es exigible que cumplan la ley. Si lo dicen, demuéstrenlo”.

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