Zelaya pretende celebrar el referéndum ilegal si logra regresar a Honduras

"No se trata de una decisión mía. Es un problema de voluntad política, no puedo traicionar a todo el pueblo y abandonar el proceso", afirmó en una entrevista en Folha de Sao Paulo, consultado sobre si, de reasumir su mandato, estaría dispuesto a renunciar a su propuesta de organizar una consulta para preguntar a la población si desea convocar la Asamblea Constituyente.

Ese proyecto de Zelaya fue el desencadenante de su expulsión del país por parte del Ejército con orden del Supremo. "El pueblo me envió 500.000 firmas que decían: 'queremos ser consultados'. Por eso establecimos un proceso para consultar la opinión pública. Eso fue lo que provocó la ruptura y el golpe. No temen la consulta. Lo que temen es que el pueblo se organice y tenga voz, que tome decisiones", sostuvo Zelaya.

Depuesto el pasado 28 de junio, Zelaya admitió que la consulta sobre la Asamblea Constituyente no estaba prevista en su programa de Gobierno y alegó en ese sentido que "lo que hace un gobernante es escuchar al pueblo. No estaba proponiendo una Constituyente para mi gobierno".

Zelaya negó las acusaciones de que tenga intención de enmendar la Constitución para poder ser reelegido y argumentó que quien establece la posibilidad de la reelección es precisamente la Asamblea Constituyente. "Yo no tengo hoy ningún interés en eso (la reelección). Creo que es un tema de discusión para el futuro, no para mi gobierno", afirmó.

Sobre su acercamiento al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y la supuesta influencia de éste en su país, Zelaya afirmó que "el único país que realmente tiene influencia en Honduras es Estados Unidos".

"El presidente Chávez no tienen ninguna influencia en Honduras. Él tiene el reconocimiento hondureño por su liderazgo como demócrata y como un presidente muy activo en América Latina. Es prejuicio querer convertir los procesos naturales de cambio en Honduras en procesos ideológicos", afirmó.

Zelaya aprovechó la entrevista para pedir una mayor presión de la comunidad internacional, que, dijo, "está tomando medidas, pero son insuficientes". Según el depuesto gobernante, "el pueblo está en la calle resistiendo, la comunidad internacional está presionando, pero los golpistas", como él denomina al nuevo Gobierno, "son intransigentes".

Por ello, aseguró, la comunidad internacional debe entender que no bastan medidas diplomáticas sino que son necesarios mecanismos efectivos que realmente impacten a los golpistas y medidas económicas que restrinjan su circulación en el exterior.