L D (Agencias) La capilla del Colegio Fonseca, escenario de las sesiones de trabajo de los jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos, acogió la clausura de la Cumbre, que el próximo año viajará a la capital uruguaya, Montevideo. Allí, dijo el Rey, "acudiremos con gran ilusión y el renovado deseo de seguir construyendo día a día, con espíritu solidario y realidades concretas, una Comunidad".
A la clausura asistieron también la Reina, junto al resto de esposas de los jefes de Estado y de Gobierno, y el Príncipe de Asturias, que por vez primera ha estado en una Cumbre Iberoamericana.
Al hacer balance de la decimoquinta Cumbre, el Rey valoró que durante estos dos días los jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos hayan debatido sobre cuestiones que inciden directamente sobre el bienestar de sus ciudadanos, y también sobre el papel que "la gran familia de Naciones Iberoamericanas" debe desempeñar en el contexto internacional.
El Rey agradeció a todos "su interés, activa participación y compromiso" con el proyecto "común" que es Iberoamérica, y a Salamanca su hospitalidad y afecto.
Zapatero, en su discurso de clausura, dijo que el empeño de España en que la cumbre fuera un alegato a favor de la paz y un futuro conciliador "ha sido un éxito". Según el presidente del Gobierno, "propiciar espacios de solidaridad y esperanza es contribuir a la dignidad de los pueblos y ese convencimiento nos trajo a esta cumbre con resultados llenarnos satisfacción". Para Zapatero la Cumbre también ha supuesto un impulso a su propuesta de Alianza de Civilizaciones "plenamente respaldada por la comunidad iberoamericana y ya asumida por la ONU".
Al hacer balance de la decimoquinta Cumbre, el Rey valoró que durante estos dos días los jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos hayan debatido sobre cuestiones que inciden directamente sobre el bienestar de sus ciudadanos, y también sobre el papel que "la gran familia de Naciones Iberoamericanas" debe desempeñar en el contexto internacional.
El Rey agradeció a todos "su interés, activa participación y compromiso" con el proyecto "común" que es Iberoamérica, y a Salamanca su hospitalidad y afecto.
Zapatero, en su discurso de clausura, dijo que el empeño de España en que la cumbre fuera un alegato a favor de la paz y un futuro conciliador "ha sido un éxito". Según el presidente del Gobierno, "propiciar espacios de solidaridad y esperanza es contribuir a la dignidad de los pueblos y ese convencimiento nos trajo a esta cumbre con resultados llenarnos satisfacción". Para Zapatero la Cumbre también ha supuesto un impulso a su propuesta de Alianza de Civilizaciones "plenamente respaldada por la comunidad iberoamericana y ya asumida por la ONU".
El primero en intervenir en la clausura de la Cumbre ha sido el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez. Después de felicitar a los organizadores españoles, el presidente uruguayo ha dicho que la democracia "ha sido el idioma común" durante la Cumbre y ha invitado a los países iberoamericanos a acudir a la próxima Cumbre "el gobierno y el pueblo de Uruguay les espera".