Entre ZPARO y RUBALCABRA
la cosa no pinta bien.
Estamos perdidos si no sale
un nuevo Alcalde de Móstoles.
Y no precisamente Iker Casillas.
El Gran Timonel nos presenta otro de sus "concetos" jurídicos, tras la abrogación de preceptos constitucionales por normas a la carta de rango menor y de hacer leyes que vacíen de contenido las sentencias contrarias llega al circo Cortes Generales: "solicitud de autorización ex post facto".
Quiero meterme en una guerra y requiero autorización así que me meto y la consigo luego.
Pero no pasa nada, previo riego de nuevas subvenciones el Sindicato Vertical y la Sección de Espectáculos Zejudos aplauden con las orejas.
¿Y el PPOE?
Pues P'ayudar oiga, no me sea "antipático" y lea Ud. el marca y vea Teledeporte mientras saborea un habano donde la ley progresista y avanzada no se lo prohiba.
Da gusto ser un déspota iletrado pero progre donde no hay estado de derecho e imperio de la ley ni división de poderes que los garantice.
Zapatero nos lleva a la Guerra pasándose el Congreso por las narices pero lo de Rajoy es de pandereta.
Después de tratarlo como un tolay al pedirle su apoyo por teléfono Rajoy le ofrece un cheque en blanco por su tan cacareado sentido de estado y no pasa apenas un día para que Pepiño se cachondee de él y lo insulte.
Y Rajoy, en lugar de exigir un pleno extraordinario aunque fuese a las tres de la mañana del sábado, aparecerá hoy a intentar ponerle las pilas a los que les dá igual porque no tienen moral alguna. Mucho me tengo que equivocar para que hoy no haga lo mismo el psoe y encima lo insulte y lo veje.
Lo mínimo que espero de unos representantes políticos que van a mandar a nuestros soldados puede que a morir es que se levanten de la mesa del restaurante y se vayan al Congreso a discutirlo.
Alegan motivos de urgencia cuando desde el primer día todos sabemos de las masacres mientras Carmen Mairena negaba que él estuviese dando la orden de reprimir. Urgencia para pasarse a los ciudadanos por el arco del triunfo pero no para un pleno urgente.
¡Miserables unos y miserables otros!