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YIHAD: La llamada del Islam a la lucha contra el infiel

El Islam, palabra que significa "sometimiento", se extendió a gran velocidad desde sus inicios, gracias a las conquistas. En 711 entraron en la Península, arruinando el reino hispánico y la civilización romana y cristiana, que se había asentado durante siete siglos. La invasión fue respondida por una lucha de recuperación de la civilización cristorromana que duró otros siete siglos. Con las palabras "expulsadlos de donde os expulsaron", los grupos islamistas tienen a España en su punto de mira. El Corán prescribe la Guerra Santa (Yihad) contra el infiel, y una parte del Islam lo interpreta como una llamada a la acción contra el cristianismo.

(Libertad Digital) Dice un pasaje del Corán (II, 186-188), "Combatid en el camino de Dios a quienes os combaten, pero no seáis los agresores. Dios no ama a los agresores. Matadlos donde los encontréis, expulsadlos de donde os expulsaron. la persecución de los creyentes es peor que el homicidio: no los combatáis junto a la mezquita sagrada hasta que os hayan combatido en ella. Si os combaten, matadlos: ésa es la recompensa de los infieles.
Si dejan de atacaros, Dios será indulgente, misericordioso".
 
El libro sagrado de los islamistas llama al combate aunque vaya en contra de las reservas morales, ya que " Se os prescribe el combate, aunque os sea odioso". Y explica que "es posible que abominéis de algo que os sea un bien, y es posible que estiméis algo que os sea un mal. Dios sabe, mientras que vosotros no sabéis" (II, 212-213).
 
El Corán promete recompensas divinas a quien imponga las enseñanzas de Mahoma por la fuerza: "Pero aquellos que creen y que dejan su tierra para ir a combatir por la causa de Dios pueden esperar la misericordia divina. Y Dios es clemente y misericordioso". De hecho, la Yihad no es ya un recurso con el que puede contar un creyente, sino una obligación moral: "Creyentes, cuando os encontréis con no creyentes, preparaos para la batalla y no les volváis la espalda". Quien le vuelva la espalda, quien rehuya la guerra "incurrirá en la ira de Dios y el infierno será su morada, en verdad una horrenda morada". (VIII, 15-16). Es más, "Si no lucháis, Él os castigará severamente y pondrá a otros en vuestro lugar".

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