Según han precisado a Europa Press fuentes conocedoras del caso, tanto Willy Toledo como el resto de sus compañeros se han negado a declarar en la comisaría. Se les acusa de un delito de alteración grave del orden público por el que se exponen a una multa económica.
Este grupo ha sido desalojado de la tribuna del Congreso y hora y media después, fueron sacados del recinto parlamentario en furgón policial. En medio de las votaciones de las propuestas de resolución sobre la memoria del Consejo del Poder Judicial, Toledo y el resto de jóvenes que le acompañaban empezaron a gritar desde la tribuna de invitados, interrumpiendo la sesión. "El Sáhara no se vende" y "Libertad para el Sáhara", fueron algunos de sus lemas. También hubo insultos a los políticos, llamándoles "hipócritas" y "chorizos".
Fuentes próximas a los activistas explicaron que cuatro de ellos habían entrado en la Cámara de manera individual mientras que otros dos: Willy Toledo y una joven saharaui habían sido invitados por Izquierda Unida.
El presidente de la Cámara, José Bono, ordenó su desalojo y su traslado a la comisaría del Congreso para tomarles los datos por si hubieran cometido algún tipo de delito, ya que la inviolabilidad de las deliberaciones del Parlamento está legalmente garantizada.