L D (Agencias) El borrador de resolución, que consta de 26 puntos, no se aprobará –según fuentes diplomáticas consultadas por la agencia Europa Press– hasta que el enviado de la ONU en Irak, Lajdar Brahimi, regrese del país. En su equipaje deberá llevar una lista donde figuren los nombres de las personalidades que estima idóneas para conformar el Gobierno provisional, así como una serie de recomendaciones sobre el papel que Naciones Unidas puede desempeñar allí. Estaba previsto que Brahimi estuviera de vuelta esta semana, pero su viaje "podría retrasarse", apuntaron a la citada agencia fuentes diplomáticas.
Emyr Jones Parry, embajador británico ante la ONU, entiende que el proyecto de resolución "subraya claramente que la soberanía le será devuelta a los iraquíes, y que el nuevo Gobierno asumirá la responsabilidad total". Asimismo, contempla el calendario ya propuesto anteriormente por los estadounidenses y el propio Brahimi: traspaso de poderes para el 30 de junio, reunión de una Conferencia Nacional y celebración de elecciones generales el próximo 31 de enero de 2005, como muy tarde.
Por lo que hace al papel de la ONU, el escrito anglonorteamericano dice que le corresponderá "asistir en la organización” de la Conferencia Nacional que elegirá al Consejo Consultivo, "aconsejar y apoyar al Gobierno interino de Irak y a la Asamblea de Transición Nacional en la celebración de las elecciones" y en la elaboración de un censo, así "promover el diálogo y el consenso para que se escriba una Constitución nacional".
Según Europa Press, el punto más polémico de la resolución es el sexto, que trata de la permanencia de las tropas multinacionales en Irak. Allí se dice que en 12 meses se revisará la labor de aquéllas, pero no se alude al momento en que abandonarán el país, circunstancia que provocó las protestas de Rusia, Francia y Alemania, que quieren que se consigne por escrito una fecha de partida, al decir de las fuentes diplomáticas consultadas por la citada agencia. También ha provocado controversias, dice Europa Press, la ausencia de especificaciones respecto a la relación que mantendrán las fuerzas de la Coalición y el nuevo Gobierno.
Por lo demás, el texto anglonorteamericano da cuenta de la creación de una fuerza multinacional que cuidará de los representantes de la ONU en Irak. Además, solicita que los ingresos derivados de la exportación de petróleo –que gestionaba el Development Fund for Irak– sean administrados directamente por el nuevo Ejecutivo interino, aunque propone que el International Advisory and Monitoring Fund for Irak –que se encarga de supervisar dichos fondos– siga asesorando al Gobierno y controlando la transparencia de los negocios, para que los inversores tengan la certeza de que todo funciona correctamente.
También invita a los miembros de la ONU a no emprender acciones legales durante un año –a contar desde la instauración del nuevo Gobierno– ni contra Irak ni contra sus empresas, y urge a las instituciones financieras internacionales a que ayuden a Bagdad en la mejora de su situación económica y en el pago de sus deudas.