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Vladímir Putin pide la supresión de los visados entre Rusia y la Unión Europea

Rusia y la UE han acordado, en la cumbre de San Petersburgo, aumentar su cooperación en materia de política exterior y de seguridad, especialmente en lo que se refiere a la gestión de crisis internacionales, el terrorismo y el narcotráfico. Sin embargo, el presidente ruso, Vladímir Putin, tiene otras prioridades, entre las que destaca la supresión de los visados entre Rusia y la Unión Europea.

L D (Agencias) Durante la cumbre entre Rusia y la Unión Europea, celebrada este sábado en San Petersburgo coincidiendo con el 300 aniversario de la fundación de esta ciudad, el presidente ruso, Vladímir Putin, pronunció un duro discurso en el que denunció el "nuevo muro de Schengen" y advirtió de que los problemas pendientes dificultan cada vez más el avance de la cooperación entre Rusia y la Unión Europea (UE). Según dijo, "Rusia y la UE han llegado a un nivel en el que se hace difícil seguir avanzando si se sigue dejando tras las espaldas cuestiones pendientes e ignorando las legítimas preocupaciones de las que depende la calidad de vida de millones de personas".

Putin destacó que los problemas "no se resuelven por sí solos" y con el tiempo "se vuelven más dolorosos", para destacar a continuación su preocupación por los límites europeos a la libertad de movimiento de los ciudadanos rusos, incrementada ante la incorporación a la UE de los países vecinos de Rusia. "En opinión de los ciudadanos sencillos, la situación actual no puede ser valorada de otro modo más que como un nuevo muro de Schengen", dijo Putin en la cumbre Rusia-UE en alusión a los acuerdos de Schengen que establecen las reglas de entrada en la mayoría de los países de la Unión Europea.

"No debemos permitir que el muro de Schengen divida a Europa como lo hizo antes el muro de Berlín", recalcó Putin, para insistir en la necesidad de avanzar hacia la supresión de visados entre Rusia y la Europa unida, un asunto sobre el que agradeció el "acuerdo común al respecto" a pesar de que también manifestó su "comprensión" ante los "problemas expuestos por algunos países candidatos" al ingreso en la UE. "Se necesitarán tiempo y esfuerzos, en particular de Rusia, pero confiamos en que conseguiremos" el objetivo, dijo.

En concreto, el "número uno" del Kremlin señaló el problema que más le preocupa en el tema de la libre circulación de ciudadanos rusos: el transporte entre Rusia y la región de Kaliningrado, enclave ruso a orillas del Báltico situado entre Polonia y Lituania, países que próximamente ingresarán en la UE. Así, para intentar resolver esta espinosa cuestión, Putin propuso que el primer ministro de Rusia, Mijaíl Kasiánov, y la dirección de la Comisión Europea hagan "un inventario de las cuestiones pendientes" y en la siguiente cumbre Rusia-UE presenten un programa de arreglo de los problemas mencionados.

Además del tema de la libertad de circulación de los rusos en la UE, para Putin es prioritario resolver cuestiones relativas al régimen de comercio de materiales radiactivos, las restricciones antidumping y las cuotas, así como a los subsidios a las exportaciones agrícolas. Por parte de la Unión Europea, las pegas principales al régimen del Kremlin están en Chechenia y, a este respecto, Putin aprovechó la cumbre para explicar que su Gobierno continuará el proceso político y lo llevará a un "buen final". Este proceso, dijo, se desarrollará simultáneamente con la transferencia de las competencias sobre orden público a las fuerzas locales, que se enfrentarán a una convulsiva situación en esta región del Cáucaso. Putin prometió a Chechenia "la más amplia autonomía posible en el marco de la Constitución de la Federación Rusa".

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