LD (EFE) Tras una visita a la zona, el ministro de Interior, Kamal Thapa, señaló que se han recuperado los cadáveres de cien terroristas maoístas después de los combates. También murieron en los enfrentamientos 28 soldados y cuatro civiles, según Thapa.
La cifra de muertos convierte los últimos enfrentamientos en los más sangrientos registrados desde el inicio de la insurrección maoísta hace ocho años. Sin embargo, en un comunicado difundido el lunes, el máximo líder de los maoístas, Prachanda, afirmó que las bajas entre sus hombres habían sido de cuarenta combatientes y amenazó con proseguir sus acciones armadas contra el Gobierno de Nepal mientras no se acuerde "un proceso hacia una solución política".
Los enfrentamientos se iniciaron en la madrugada del domingo en la ciudad de Beni, en el distrito de Myagdi, cuando centenares de rebeldes maoístas atacaron la cárcel de la localidad y una oficina de la administración del distrito en esa ciudad, defendida por un millar de militares. Tras esos hechos, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, pidió al Gobierno de Nepal y a los rebeldes que adopten "medidas inmediatas" para poner fin a la lucha y reanuden el proceso de paz, suspendido el pasado agosto tras siete meses de negociaciones, "con la participación de todas las fuerzas políticas y civiles".