
L D (EFE) Villepin, quien fue aplaudido desde los bancos de la mayoritaria y gobernadora UMP y abucheado, por contra, por la oposición, subrayó que ha sido "víctima en los últimos días de una campaña de calumnias y mentiras innobles. Una campaña que me ha afectado y herido profundamente. ¡Demasiado, es demasiado!".
Destacó que esta "campaña de difamación" se produce a un año de las presidenciales, algo que sucede "regularmente" en Francia, y que coincide con la publicación reciente de "los mejores datos sobre el paro de los últimos cinco años", en alusión a que casi 200.000 personas salieron de las listas de desempleo en marzo pasado.
Y, en tono de reto, añadió: "¡No aceptaré jamás, ni hoy ni mañana, ni para mí ni para nadie que la calumnia, la ocultación y la mentira triunfen sobre la verdad porque eso sería indigno, porque eso debilitaría nuestro Estado de derecho y nuestra democracia!". "La única respuesta es la verdad y la transparencia", añadió, y, por ello, Villepin reiteró su disposición a colaborar con los dos jueces que investigan la identidad del comunicante anónimo que en la primavera-verano de 2004 implicó infundadamente a varios políticos de izquierdas y derechas, incluido Sarkozy, así como a destacadas personalidades de la economía francesa en un asunto de corrupción.
Y, como ya hizo esta mañana en una entrevista a la emisora "Europe 1", descartó dimitir: "Nada me apartará de mi deber (...) No dejaré, en ningún momento, ser apartado de mi misión". Advirtió además a la oposición de que la estrategia de pedir "cabezas de turco (...) favorece sólo a los extremos".
El líder del Partido Socialista (PS, principal partido de la oposición), Francois Hollande, aseguró que el país atraviesa una "crisis de excepcional gravedad" y lamentó el "clima detestable" que se respira en "la cúpula del Estado". Para el portavoz de UDF en la Asamblea Nacional, Jean-Christophe Lagarde, el ambiente es "nauseabundo" y pone de relieve "un fin de reinado que no termina de concluir".
Destacó que esta "campaña de difamación" se produce a un año de las presidenciales, algo que sucede "regularmente" en Francia, y que coincide con la publicación reciente de "los mejores datos sobre el paro de los últimos cinco años", en alusión a que casi 200.000 personas salieron de las listas de desempleo en marzo pasado.
Y, en tono de reto, añadió: "¡No aceptaré jamás, ni hoy ni mañana, ni para mí ni para nadie que la calumnia, la ocultación y la mentira triunfen sobre la verdad porque eso sería indigno, porque eso debilitaría nuestro Estado de derecho y nuestra democracia!". "La única respuesta es la verdad y la transparencia", añadió, y, por ello, Villepin reiteró su disposición a colaborar con los dos jueces que investigan la identidad del comunicante anónimo que en la primavera-verano de 2004 implicó infundadamente a varios políticos de izquierdas y derechas, incluido Sarkozy, así como a destacadas personalidades de la economía francesa en un asunto de corrupción.
Y, como ya hizo esta mañana en una entrevista a la emisora "Europe 1", descartó dimitir: "Nada me apartará de mi deber (...) No dejaré, en ningún momento, ser apartado de mi misión". Advirtió además a la oposición de que la estrategia de pedir "cabezas de turco (...) favorece sólo a los extremos".
El líder del Partido Socialista (PS, principal partido de la oposición), Francois Hollande, aseguró que el país atraviesa una "crisis de excepcional gravedad" y lamentó el "clima detestable" que se respira en "la cúpula del Estado". Para el portavoz de UDF en la Asamblea Nacional, Jean-Christophe Lagarde, el ambiente es "nauseabundo" y pone de relieve "un fin de reinado que no termina de concluir".