LD (EFE) En la rueda de prensa mensual, Domique de Villepin, jefe del Gobierno francés, ha declarado que "hoy como ayer, me propongo seguir guiándome por los mismos imperativos de acción y resultados que, más que nunca continúan siendo el rumbo" del Gobierno "en la vía fijada" por el presidente, Jacques Chirac.
Tras aludir a "los temas que no pueden esperar", como la violencia, la cohesión social o la energía, los que deben prepararse como la educación o la sanidad, y aquellos en que deben seguir los esfuerzos (empleo, comercio, el reparto del crecimiento), dijo que dentro de un año quiere presentar a los franceses "un modelo social renovado". Al afirmar su determinación y excluir una pausa en el trabajo de su Gobierno durante el año escaso que queda para las elecciones presidenciales, Villepin respondió a las crecientes voces que se alzan en su propio partido, UMP, para reclamar su cabeza.
Debilitado por el rechazo popular a su ya sepultada reforma laboral juvenil (CPE) y acosado por el escándalo Clearstream, Villepin ha sufrido una nueva caída de su popularidad, hasta un veinte por ciento, según un nuevo sondeo, que es todavía peor para su mentor, Chirac, con un diecisiete por ciento de opiniones favorables.