LD (Agencias) La muerte de veintidós personas en Sonora, estado fronterizo con EEUU, ha convertido este miércoles en la jornada más violenta en la lucha contra el crimen organizado que mantiene el Gobierno del presidente Felipe Calderón. Los hechos comenzaron cuando un grupo de entre cuarenta y cincuenta narcotraficantes fuertemente armados irrumpió en el poblado de Cananea y secuestró a varias personas, entre ellos policías y civiles.
El procurador estatal de Sonora (fiscal), Abel Murrieta, informó que horas más tarde, la Policía encontró en una carretera los cadáveres esposados de cuatro agentes que habían sido secuestrados. Poco después, fueron hallados los cuerpos sin vida de otro agente y de dos civiles.
El grupo armado, que se movilizó en unos quince automóviles, entre ellos algunos blindados, huía hacía la sierra sonorense, hasta donde fue perseguido por un centenar de efectivos de la Policía, auxiliados por un helicóptero. Los criminales fueron interceptados a la altura del poblado de Arizpe donde se desató una balacera que dejó quince fallecidos. El gobernador Eduardo Bours informó que en ese lugar se encontraron diez fusiles R-15 en un automóvil abandonado por los pistoleros.
El enfrentamiento sacudió al país y a las autoridades federales y estatales que mantienen la alerta. El experto en temas de narcotráfico, el periodista José Reveles, dijo: "no tengo memoria de una masacre de esta magnitud en México, en cuanto a violencia relacionada con el crimen organizado".
Guerra al narco
México vive una ola de violencia producto del crimen organizado, contra el que el presidente Felipe Calderón ha declarado una lucha sin cuartel con el envío de fuerzas combinadas de militares y policías federales a una decena de estados desde que asumió el Gobierno en diciembre pasado. Los carteles mafiosos iniciaron hace unos cuatro años una guerra entre ellos por el control de plazas para la distribución de la droga hacia EEUU y el mercado local.
El antecesor de Calderón, Vicente Fox (2000-2006) intentó frenar dicha ola de violencia con el plan "México Seguro", que consistió en el envío de militares y policías a puntos estratégicos, pero la espiral sangrienta continuó y sólo en 2006 hubo al menos dos mil muertos atribuidos al crimen organizado. Según los expertos, Calderón está aplicando la misma estrategia y, por el momento, el resultado más visible, además de la extradición a EEUU de quince capos mexicanos del narcotráfico, es la muerte de más de mil personas en lo que va de año.
El narcotráfico ha demostrado su poder de acción tanto con el asesinato de policías municipales y estatales como de agentes federales y militares, de los que una docena de estos últimos han resultado muertos desde enero. En la ola de violencia ha sido arrastrada la prensa y doce periodistas han sido asesinados de 2006 a lo que va de este año, los dos últimos el pasado abril.