LD (EFE) La violencia terrorista se cobró la vida de otra veintena de civiles en Irak, en una jornada marcada por el inicio de una ambiciosa operación militar en busca de terroristas al sur de Bagdad y el aparente avance de las negociaciones con los terroristas chiíes en el barrio bagdadí de Ciudad al-Sader.
El ataque ocurrió a 260 kilómetros al noroeste de la capital, apenas un día después de que el primer ministro interino iraquí, Iyad Allawi, anunciara un nuevo plan dirigido a erradicar la violencia en las conflictivas regiones de Yussufiya y Babel. Allí, unos 3.000 efectivos, entre soldados estadounidenses, agentes de la Guardia Nacional iraquí y de la Policía local, se desplegaron por esta zona agrícola, rica en palmerales, que es escenario casi a diario de emboscadas.
Esa fuerza combinada selló todos los accesos a Bagdad desde el suroeste del país, en especial los alrededores de la localidad de Qassir, a unos veinte kilómetros de la capital, y que es considerada uno de los "nidos más poblados de terroristas". Las primeras horas de operación bélica acabaron con el arresto de 160 personas.