El Gobierno español ha tenido que abandonar su propósito de modificar la posición común de la UE respecto a la dictadura castrista, para eliminar las sanciones y acercar posiciones con el régimen de los Castro.
Preguntado por este tema en la comparecencia conjunta –junto al presidente del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy, y el de la Comisión Europea, el portugués Jose Manuel Durao Barroso– este viernes en La Moncloa, Zapatero dijo las cumbres que se celebrarán con Rusia y EEUU eran suficientemente importantes para ocupar los esfuerzos de la presidencia española y volvió a negar que Cuba esté en la agenda. Aunque trató de salir del paso señalando que "ha sido una política –de la UE con Cuba– en la que hay una clarísima influencia española como no puede ser de otra manera", y abogó por ser "exigentes pero dejando siempre una puerta para el diálogo, pensando en los cubanos y en el futuro de Cuba". Una posición que, según Zapatero, es "bastante asumida. compartida por el conjunto de la UE, aunque con matices".
Prueba del entusiasmo que despierta esta cuestión en el seno de la UE fue la respuesta de Van Rompuy en la misma comparecencia. Dijo que acababa de tomar posesión de su cargo como presidente permanente del Consejo Europeo y que no ha tenido "tiempo para pensar en Cuba".