L D (EFE) Los agentes fueron atacados por cerca de 400 terroristas de las autodenominadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que procedían, al parecer, del Nudo de Paramillo, cadena montañosa de gran presencia de terroristas en los límites de Córdoba y Antioquia.
Hasta hace pocos meses, controlaba la zona la organización de ultraderecha Autodefensas Unidas de Colombia que desmovilizó unos 31.000 paramilitares dentro de un proceso de paz con el Ejecutivo de Uribe. La aldea de los ataques se corresponde con el antiguo territorio de influencia paramilitar del disuelto Bloque Córdoba y es uno de los más de ochenta caseríos rurales que necesitan de más Fuerza Pública, dijo en Bogotá el coordinador de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz (MAPP), de la Organización de Estados Americanos (OEA), Sergio Caramagna.
Precisó a la prensa que las aldeas en riesgo de incursiones de terroristas están situadas en ocho departamentos, entre ellos varios en las fronteras nordeste con Venezuela, oeste con Panamá, y sur con Ecuador y Perú. "Es urgente que haya más presencia de la Fuerza Pública", consideró Caramagna tras lamentar el ataque rebelde en Tierradentro, aldea de Montelíbano, localidad a más de 500 kilómetros de Bogotá.
En este caso, el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, ordenó anoche el traslado a la zona de los puestos de mando de las brigadas del Ejército con sedes en Montería, la capital de Córdoba, y en Carepa, localidad en la zona bananera antioqueña de Urabá. El presidente Uribe dijo que ese traslado fue confirmado en el consejo de seguridad celebrado en la aldea y al que concurrió Santos, además de los altos mandos militares y policiales, quienes permanecen desde ayer en el lugar.
En el encuentro también se decidió ofrecer una recompensa por información que facilite la captura de cada terrorista, y avanzar en la conformación de redes de cooperantes. La oferta parece haberse derivado de la denuncia de que las FARC se parapetaron en domicilios de civiles para atacar la estación del escuadrón móvil de carabineros establecida en Tierradentro.
La organización terrorista "ha atacado desde casas de civiles", advirtió Uribe, y observó que "eso es muy importante tenerlo en cuenta en materia de derechos humanos". "Nosotros no aceptamos que nos vengan a decir que, en el momento en el que atacan a la Fuerza Pública, no son terroristas", continuó Uribe, quien endureció su discurso sobre las FARC el pasado 20 de octubre, un día después del atentado contra unas instalaciones militares del norte bogotano que dejó 23 heridos. El presidente responsabilizó al mismo grupo terrorista del ataque con explosivos que el 28 de octubre causó la muerte de un taxista y un soldado a las afueras de la brigada del Ejército en la ciudad central de Villavicencio.
Hasta hace pocos meses, controlaba la zona la organización de ultraderecha Autodefensas Unidas de Colombia que desmovilizó unos 31.000 paramilitares dentro de un proceso de paz con el Ejecutivo de Uribe. La aldea de los ataques se corresponde con el antiguo territorio de influencia paramilitar del disuelto Bloque Córdoba y es uno de los más de ochenta caseríos rurales que necesitan de más Fuerza Pública, dijo en Bogotá el coordinador de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz (MAPP), de la Organización de Estados Americanos (OEA), Sergio Caramagna.
Precisó a la prensa que las aldeas en riesgo de incursiones de terroristas están situadas en ocho departamentos, entre ellos varios en las fronteras nordeste con Venezuela, oeste con Panamá, y sur con Ecuador y Perú. "Es urgente que haya más presencia de la Fuerza Pública", consideró Caramagna tras lamentar el ataque rebelde en Tierradentro, aldea de Montelíbano, localidad a más de 500 kilómetros de Bogotá.
En este caso, el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, ordenó anoche el traslado a la zona de los puestos de mando de las brigadas del Ejército con sedes en Montería, la capital de Córdoba, y en Carepa, localidad en la zona bananera antioqueña de Urabá. El presidente Uribe dijo que ese traslado fue confirmado en el consejo de seguridad celebrado en la aldea y al que concurrió Santos, además de los altos mandos militares y policiales, quienes permanecen desde ayer en el lugar.
En el encuentro también se decidió ofrecer una recompensa por información que facilite la captura de cada terrorista, y avanzar en la conformación de redes de cooperantes. La oferta parece haberse derivado de la denuncia de que las FARC se parapetaron en domicilios de civiles para atacar la estación del escuadrón móvil de carabineros establecida en Tierradentro.
La organización terrorista "ha atacado desde casas de civiles", advirtió Uribe, y observó que "eso es muy importante tenerlo en cuenta en materia de derechos humanos". "Nosotros no aceptamos que nos vengan a decir que, en el momento en el que atacan a la Fuerza Pública, no son terroristas", continuó Uribe, quien endureció su discurso sobre las FARC el pasado 20 de octubre, un día después del atentado contra unas instalaciones militares del norte bogotano que dejó 23 heridos. El presidente responsabilizó al mismo grupo terrorista del ataque con explosivos que el 28 de octubre causó la muerte de un taxista y un soldado a las afueras de la brigada del Ejército en la ciudad central de Villavicencio.