LD (EFE) En una conferencia de prensa, el ministro del Interior y de Justicia, Carlos Holguín, explicó que la etapa de negociaciones de paz del Gobierno de Colombia con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) concluyó con el desarme de cerca de 31.000 integrantes de los grupos ultraderechistas y el sometimiento de ellos a la ley de reinserción. Apuntó que "lo que sigue es el proceso judicial, a cargo de la justicia especializada".
Con esa declaración, el titular del Interior y de Justicia se anticipó, en nombre del Gobierno del presidente Álvaro Uribe, a un comunicado con el que los ex jefes de las AUC tenían previsto anunciar que rompían el proceso de paz con el Ejecutivo. El sentido de la nota, que no ha sido divulgada, había sido adelantado a la prensa por el "portavoz político" de esa organización, "Ernesto Báez", alias de Iván Roberto Duque, tras un encuentro de los antiguos mandos paramilitares con el alto comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo.
El encuentro, que duró más de tres horas y media, tuvo lugar en la cárcel de seguridad de Itagüí, localidad cercana a Medellín, y contó con la presencia del coordinador de la misión de la OEA que ejerce la verificación del diálogo, el argentino Sergio Caramagna, y el obispo de Montería, Julio César Vidal, de un comité eclesiástico de facilitación.
Duque dijo a diversos medios periodísticos que el llamado Estado Mayor Desmovilizado de las AUC le notificó al comisionado Restrepo que "este proceso se termina". La decisión se adoptó "después de hacer una revisión minuciosa y clara y muy consistente de lo que ha sido este largo y accidentado proceso de paz", explicó el portavoz paramilitar, para quien en este diálogo han mediado los engaños, los incumplimientos y la falta de compromisos por parte del Gobierno.