LD (EFE) El terrorista suicida, se lanzó con el camión cargado de explosivos contra un autobús militar en un punto de encuentro habitual de convoyes del Ejército, por lo que la explosión dañó otros trece autobuses aparcados en el lugar, en Dugampatana (noreste del país).
El atentado se produce el día en que el Tribunal Supremo ceilanés decidió, en un polémico veredicto, dividir en dos el área administrativa del norte y el este de Sri Lanka bajo control del LTTE. Los tamiles defendían su unión, mientras los musulmanes y los cingaleses, minorías en dicho territorio, preferían su separación.
Las ahora dos regiones habían estado unidas desde 1987, tras un acuerdo de paz que las fusionó reconociendo que "habían sido áreas de poblamiento histórico de mayoría tamil, que desde siempre quisieron vivir en este territorio unido". Mientras, el mediador de paz japonés, Yasushi Akashi, mantuvo una entrevista en Colombo con el ministro designado para esas negociaciones, Siripala da Silva, con el fin de avanzar en el proceso de paz, poco antes de que se produjera la explosión.
Según fuentes gubernamentales, Akashi incidió en la necesidad de respetar el alto el fuego por parte de ambos bandos, lo que en su opinión supondría un avance hacia la paz. Está programado que el Gobierno y los tamiles retomen el diálogo el próximo día 28 en Ginebra y, para establecer un contexto favorable con vistas a estas conversaciones, el mediador de paz enviado por Noruega, Jon Hanssen Bauer, viajará al país mañana.
A pesar de la mesa de diálogo de finales de este mes, en las últimas semanas el país vive un recrudecimiento de la violencia, que podría responder a un intento de ambas partes de acudir a las conversaciones de paz de Suiza en una posición de fuerza negociadora. De hecho, el Ejército lanzó la semana pasada una fuerte ofensiva en la península de Jaffna, en el norte, que fue repelida por los tamiles con un balance de 133 bajas gubernamentales y unos 1.000 heridos.
El domingo, la Armada ceilanesa hundió un carguero de pesca de arrastre que transportaba armas para el LTTE con un resultado de cuatro muertos. El atentado de este lunes se produjo en el noreste del país, en una zona que ya había sido objeto de refriegas en los últimos meses, cuando las tropas gubernamentales conquistaron Sampur, clave para la protección del puerto militar de la capital del distrito, Trincomalee.
En 2002, las autoridades de Colombo y los tamiles firmaron un alto el fuego que sigue vigente sólo en teoría, porque en los últimos meses la espiral de violencia en el país continúa creciendo y este año han muerto ya unas 2.000 personas en distintos incidentes. Se estima que en el conflicto han perecido 65.000 personas desde que los tamiles iniciaron sus reivindicaciones, en la década de los 70.
El atentado se produce el día en que el Tribunal Supremo ceilanés decidió, en un polémico veredicto, dividir en dos el área administrativa del norte y el este de Sri Lanka bajo control del LTTE. Los tamiles defendían su unión, mientras los musulmanes y los cingaleses, minorías en dicho territorio, preferían su separación.
Las ahora dos regiones habían estado unidas desde 1987, tras un acuerdo de paz que las fusionó reconociendo que "habían sido áreas de poblamiento histórico de mayoría tamil, que desde siempre quisieron vivir en este territorio unido". Mientras, el mediador de paz japonés, Yasushi Akashi, mantuvo una entrevista en Colombo con el ministro designado para esas negociaciones, Siripala da Silva, con el fin de avanzar en el proceso de paz, poco antes de que se produjera la explosión.
Según fuentes gubernamentales, Akashi incidió en la necesidad de respetar el alto el fuego por parte de ambos bandos, lo que en su opinión supondría un avance hacia la paz. Está programado que el Gobierno y los tamiles retomen el diálogo el próximo día 28 en Ginebra y, para establecer un contexto favorable con vistas a estas conversaciones, el mediador de paz enviado por Noruega, Jon Hanssen Bauer, viajará al país mañana.
A pesar de la mesa de diálogo de finales de este mes, en las últimas semanas el país vive un recrudecimiento de la violencia, que podría responder a un intento de ambas partes de acudir a las conversaciones de paz de Suiza en una posición de fuerza negociadora. De hecho, el Ejército lanzó la semana pasada una fuerte ofensiva en la península de Jaffna, en el norte, que fue repelida por los tamiles con un balance de 133 bajas gubernamentales y unos 1.000 heridos.
El domingo, la Armada ceilanesa hundió un carguero de pesca de arrastre que transportaba armas para el LTTE con un resultado de cuatro muertos. El atentado de este lunes se produjo en el noreste del país, en una zona que ya había sido objeto de refriegas en los últimos meses, cuando las tropas gubernamentales conquistaron Sampur, clave para la protección del puerto militar de la capital del distrito, Trincomalee.
En 2002, las autoridades de Colombo y los tamiles firmaron un alto el fuego que sigue vigente sólo en teoría, porque en los últimos meses la espiral de violencia en el país continúa creciendo y este año han muerto ya unas 2.000 personas en distintos incidentes. Se estima que en el conflicto han perecido 65.000 personas desde que los tamiles iniciaron sus reivindicaciones, en la década de los 70.