L D (EFE) Los individuos recluidos en la citada base naval estadounidense no son considerados presos de guerra por Washington, sino “combatientes enemigos”, y la Admnistración Bush se ha reservado el derecho a mantenerlos cautivos, liberarlos o transferirlos a terceros países.
Las nuevas normas –anunciadas este miércoles por un funcionario del Pentágono–permitirán que "el detenido tenga la oportunidad de comparecer ante una junta revisora, para que presente argumentos en favor de su liberación y fundamente que ya no es una amenaza para EEUU".
Cada detenido podrá comparecer ante una junta de tres oficiales, mientras que dispondrá de otro oficial para preparar las alegaciones. Asimismo, podrá recurrir a los servicios de un traductor. Además, se invitará a sus familiares y al Gobierno de su país de origen a que presenten información que sustente su posición.
El citado funcionario del Pentágono explicó que otras agencias del Gobierno norteamericano –como los departamentos de Estado, Justicia y Seguridad Nacional y la Agencia Central de Inteligencia (CIA)– podrán presentar información a la junta.
La junta revisora elevará sus recomendaciones a "un funcionario civil de alta jerarquía en el Departamento de Defensa", que decidirá si se libera o se retiene al prisionero. No se especificó quién será ese funcionario, pero desde finales de 2002 todos los combatientes enemigos han quedado bajo la jurisdicción del jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld.
Cada detenido podrá comparecer ante una junta de tres oficiales, mientras que dispondrá de otro oficial para preparar las alegaciones. Asimismo, podrá recurrir a los servicios de un traductor. Además, se invitará a sus familiares y al Gobierno de su país de origen a que presenten información que sustente su posición.
El citado funcionario del Pentágono explicó que otras agencias del Gobierno norteamericano –como los departamentos de Estado, Justicia y Seguridad Nacional y la Agencia Central de Inteligencia (CIA)– podrán presentar información a la junta.
La junta revisora elevará sus recomendaciones a "un funcionario civil de alta jerarquía en el Departamento de Defensa", que decidirá si se libera o se retiene al prisionero. No se especificó quién será ese funcionario, pero desde finales de 2002 todos los combatientes enemigos han quedado bajo la jurisdicción del jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld.